El Camp de Túria es una de las comarcas más ricas de la provincia de València desde el punto de vista agrícola, por más que la proliferación de urbanizaciones, centros de ocio y polígonos industriales le hayan robado hasta casi 10.000 hectáreas a los cultivos en los últimos 20 años y que hayan sido abandonadas algunas zonas marginales donde no es posible la mecanización. Es así que la superficie cultivada, que era de casi 43.000 hectáreas en 1959, bajó a 35.600 en 1995 y hoy se estima en unas 26.400 (36 % de la superficie total), de las que 18.200 están en regadío (cítricos, frutales y hortalizas) y las otras 8.200 en secano (almendros, olivos, algarrobos y algunos viñedos).

La bondad del clima mediterráneo y la cercanía del mar permiten una amplia gama de cultivos y también la posibilidad de ir cambiando por otros alternativos según la coyuntura histórica y del mercado.

Lo más destacado quizás sean sus complejos sistemas de riego, en los que se combinan los regadíos históricos de origen romano (Font de Sant Vicent de Llíria) y musulmanes de Benaguasil, Vilamarxant, Riba-roja y la Pobla de Vallbona, con la extracción de agua del subsuelo mediante pozos, cuyo ejemplo más relevante sería el de la Reva y, finalmente, las actuaciones de la Administración Pública con el canal de Benagéber.

La comarca del Camp de Túria presenta una amplia gama de cultivos en secano y regadío. Las tierras de secano (8.200 hectáreas) están en franca regresión tanto por su misma reconversión en regadío como por la proliferación de urbanizaciones en las suaves colinas que tradicionalmente estuvieron reservadas para algarrobos y olivos. Por estas y otras razones el paisaje agrícola actual difiere mucho del de mediados del siglo XX. Históricamente los cultivos de mayor tradición hasta 1950 habían sido los cereales panificables, la viña -con vinos de renombre como los de la Torre de Portaceli, Llíria o Pedralba-, el algarrobo y el olivo.

Los grandes protagonistas de la expansión del regadío han sido los cítricos. Desde 1959 hasta 1995 el terreno dedicado a las plantaciones de naranjos pasó de poco más de 1.800 hectáreas a más de 17.300 -la mitad naranjos dulces y la otra mitad mandarinos-. Posteriormente ha habido una pequeña regresión de casi 3.000 hectáreas producto del abandono de algunos campos por falta de agua, pero sobre todo por el extraordinario crecimiento urbano, industrial y de servicios que ha sufrido la comarca. No obstante, los cítricos cubren actualmente 14.600 hectáreas, casi el 60 % de toda la superficie cultivada en la comarca. Los municipios donde alcanzan mayor representación son Llíria (4.500 ha), Bétera (2.759 ha), Vilamarxant (1.960 ha), Riba-roja de Túria (1.256 ha) y Nàquera (950 ha). En los nuevos regadíos también se han plantado muchos árboles frutales: especialmente melocotoneros y, en los últimos 10 años, caquis.

En cuanto a la ganadería, aunque no representa gran cosa comparada con la agricultura, la comarca cuenta con numerosas granjas de ovino (7.400 cabezas), porcino (60.000) y de aves (560.000), todas muy repartidas por el territorio, aunque más abundantes en Benaguasil, Benissanó, Llíria y Vilamarxant. Pero lo más destacado son las 6.000 cabezas de ganado bovino de la comarca -casi exclusivamente en Vilamarxant (3.000) y Bétera (2.500)-, que suponen la cuarta parte de toda la cabaña provincial , y las casi 800 colmenas productoras de miel presentes en Llíria.