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A la carrera por la capitalidad demográfica en el Camp de Túria

La Pobla de Vallbona y Bétera rebasan ya en población a Llíria y Riba-roja se encuentra al acecho

A la carrera por la capitalidad demográfica en el Camp de Túria

Tradicional e históricamente Llíria ha sido considerada como la capital del Camp de Túria. Su bagaje histórico y patrimonial -con la antigua Edeta, el monasterio de San Miguel o la ermita de San Vicente-, así como su peso poblacional en la comarca han dado crédito a esa capitalidad, que ha valido para que, por ejemplo, sea cabeza de partido judicial. Sin embargo, en el último lustro se ha caído una de las patas que sustentaba esa condición: la Pobla de Vallbona y Bétera han superado en habitantes a Llíria. Es más, Riba-roja de Túria también está al acecho.

A principios de este siglo XXI, en el año 2001, Llíria era el municipio más poblado de la comarca con 17.216 habitantes. Por entonces Bétera y Riba-roja de Túria no superaban los 15.000 y la Pobla de Vallbona rondaba los 12.000. En cuestión de menos de 20 años, la proliferación de varios PAI en estos últimos municipios unida al factor metropolitano -al estar mucho más cerca de València capital que Llíria- ha provocado un vuelco demográfico en la comarca: ahora mismo la Pobla de Vallbona ya es el municipio más poblado de la demarcación con 24.068 vecinos. Le sigue Bétera con 23.647. Llíria está ahora en tercer lugar con 22.972, y Riba-roja ya solo se encuentra a 980 habitantes de la capital edetana. Todos ellos siguen creciendo año tas año, pero el ritmo sigue siendo considerablemente más alto en la Pobla de Vallbona, Bétera y Riba-roja (alrededor de 400 al año) que en Llíria (algo menos de 200 anuales).

En la propuesta de delimitación comarcal presentada en 2017 por Compromís, firmada por Mireia Mollà y Paco García -precisamente concejal de Llíria-, se otorgaba a la ciudad edetana la capitalidad del Camp de Túria. Pero ¿podría cambiar esa percepción a raíz de estos cambios demográficos? «La capitalidad de Llíria es algo ya histórico, desde la antigua Edeta, que ha tenido un papel indiscutible. El hecho de ser cabeza de distrito judicial y que tenga los servicios de Hacienda, administración, hospital... en ese sentido es muy difícil que otra ciudad pudiera quitárselos», explica Manolo Civera, alcalde del municipio edetano.

No obstante, Civera reconoce el crecimiento económico de otras localidades de la comarca como Riba-roja -«que tiene una situación espectacular», define- o la Pobla de Vallbona y l'Eliana, «donde la instalación de IBM provocó un gran impacto positivo». «Teniendo un término tan grande parece que Llíria no había leído bien el momento y se había dormido con el sector primario, pero estamos apostando por el sector industrial que aportará un desarrollo importante al municipio», augura Civera, que defiende otra particularidad de su localidad para ostentar la capitalidad comarcal: su cercanía con la demarcación de los Serranos. «Llíria tiene un papel muy importante también de mirada a los Serranos para hacer frente a la despoblación», sostiene.

La Pobla pide más servicios

En el otro lado de la cuestión está la Pobla de Vallbona, cuyo alcalde, Josep Vicent Garcia, reconoce que no le preocupa la capitalidad administrativa pero sí los servicios que pudiera aglutinar su municipio. «Ya pedimos hace tiempo que la Escuela Oficial de Idiomas se pusiera aquí y se la enviaron a Llíria», lamenta. Aún así, García asegura que seguirán «reivindicando». «Necesitamos un instituto nuevo y otro centro de salud, como otros pueblos que crecen», insiste, aunque apuntilla: «no queremos quitar nada a Llíria, el problema real está en la financiación del Consell».

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