En un mensaje en sus redes sociales del pasado 6 de agosto se podía leer «nos vemos en septiembre», junto a una despedida del curso y buenos deseos para el verano, pero apenas unos 10 días después la situación es muy distinta. La Escuela Infantil Baobab de l'Eliana baja la persiana con una veintena de alumnos matriculados que debían ser acogidos en septiembre y cuyas familias ahora buscan una solución a contrarreloj.

Los padres y las madres han mostrado su disgusto ante lo que consideran que es dejar «a los niños en la calle», ya que la decisión del «cierre por cese de actividad» les fue comunicada el pasado domingo, y a estas alturas aseguran que las otras escoletas del municipio -también privadas- ya tienen la matrícula cerrada o es difícil contactar con sus responsables.

En el escueto mensaje que reciben las familias, la escuela infantil agradecía «la confianza que han depositado en la empresa a lo largo de estos años» y rogaban «las más sinceras disculpas».

No obstante, las familias consideran que es «una faena» y que se comunicó la decisión en un «e-mail muy frío», y aseguran que ya tenían «las matrículas pagadas, las ayudas gestionadas...» pero, sobretodo, destacan el «daño moral» a los menores de entre 0 y 3 años, que «ya se habían adaptado al entorno educativo y a sus compañeros», como cuenta una madre afectada.

Otra coincide y teme que si encuentra un nuevo centro, será «un cambio radical» para su pequeño. Por ello, destaca el trastorno «a nivel sentimental», sin olvidar el económico, «porque supone empezar de cero, comprar uniformes...». En otra familia, critican que si lo hubieran sabido antes «hubiéramos tenido más margen para maniobrar». «Hasta ahora estábamos muy contentos, pero parece que se han olvidado de que se trata de niños y no nos han ayudado en nada», afirman con disgusto.

Desde la dirección del centro, afirman que el cierre precipitado se debe a una jubilación y a «temas de salud» y aseguran que han invertido «muchos millones» en la guardería. Asimismo, aclaran que la tardía comunicación de la decisión a las familias se debe a que se estaba negociando un traspaso que finalmente «se ha complicado, demorado y no ha salido correctamente». «Había seis matrículas por un total de 600 euros y enviamos un correo solicitando un número de cuenta. A las personas que nos han respondido ya les hemos hecho el ingreso, y estamos a la espera de la respuesta del resto», detallan.

Asimismo, los actuales responsables aseguran que otra guardería del municipio está dispuesta a «reagrupar a los alumnos» y aún «cuenta con plazas», aunque los padres se quejan de que no se pueda ir andando a ella. «Nos hemos movido para que los padres que tengan interés puedan llevar a sus hijos allí, pronto se lo comunicaremos por WhatsApp», garantizaron ayer a Levante-EMV.

Además de las familias, por el cierre también se han visto afectadas las educadoras y la cocinera del centro, que han perdido sus empleos. «En junio nos dijeron que había pocas matrículas y que no sabían qué iba a pasar. En julio firmamos el despido pero sin finiquito porque nos iban a traspasar, pero en agosto cambiaron las condiciones», explica una de las afectadas, que ahora busca trabajo.