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Entrevista

Manuel Civera : "Estamos en la línea correcta con los residuos; hasta Greenpeace lo ha acreditado"

Presidente Consorcio Valencia Interior y alcalde de Llíria.

Civera, en las instalaciones de Levante-EMV esta semana.

Asumió la presidencia del Consorcio Valencia Interior «por eliminación». Nadie quería responsabilizarse del órgano y, como alcalde de la ciudad más grande, le tocó a él.

¿Qué valoración hace de sus cuatro años como presidente?

Los avances son satisfactorios, tanto en lo personal como en lo profesional por aunar a cinco comarcas con una diversidad tan grande. Estamos cumpliendo los objetivos que marca el 2020. Hemos ganado en transparencia y ahora cada municipio tiene información al día y con acceso directo. Se pesan los camiones, se identifica la procedencia y cada pueblo paga lo que genera.

¿Qué cambios ha habido?

Hacer justicia y que la información estuviera al alcance de todos, aplicar los principios de eficiencia y que la tasa sea transparente. Tenemos grandes sumideros de carbono y se tiene que aplicar algún día el pago por los servicios ambientales. Hemos hecho mucha pedagogía y concienciación. El trabajo nos lo ha reconocido multitud de órganos, incluso Greenpeace, que ha acreditado que estamos en la línea correcta.

¿Cómo se gestionan los residuos de 5 comarcas, 61 municipios y 250.000 habitantes?

La primera es con la voluntad de los 61 municipios, que estamos comprometidos con unas inversiones que nos ligan para 30 años. Hemos sido los más avanzados, tenemos unas instalaciones que no tiene el área de València. Tenemos 27 ecoparques fijos y 9 móviles y un vertedero, la joya de la corona, que vive en un entorno natural y no ha tenido ninguna conflictividad social, no hay olores ni aves rapiñas.

¿En qué se diferencia del resto?

Reciclamos el 100 % del agua y hacemos procesos de depuración. De las partículas que quedan del tamaño de una canica sacamos cerámica y vidrio. Es una instalación modélica y eficiente.

¿Habrá una ampliación?

Es un reto de futuro. Nuestro vertedero es suficiente para toda la vida útil del consorcio. Si además mejoramos nuestro comportamiento, reduciremos los vertidos y tendremos holguras, con lo que bajaríamos los impuestos. Si necesitara una ampliación será porque otros consorcios requerirán que solventemos su problema. Ahora lo hacemos al CORV5 que nos trae un porcentaje. Lo que llega tiene que ser con las condiciones que lo tratamos aquí, no podemos aceptar las condiciones con las que van a Dos Aguas.

¿Se está cumplimento el Plan de Integral de Residuos?

No se está cumpliendo en su conjunto. Es una anomalía que tengamos en nuestro territorio el vertedero de València, en algún momento se tendrá que resolver. El paso siguiente es que cada municipio tenga su plan. Estamos en condición de ayudar a redactarlo, incluso con factores que distorsionan realidades como que en vacaciones parte de la población del área metropolitana viene a los pueblos y trae parte de sus residuos voluminosos que no saben donde tirar en la ciudad.

Para los residuos orgánicos han creado una compostadora.

Nadie había hecho antes una máquina de compostaje con el papel film reciclado. Una empresa valenciana ha construido estas máquinas, lo que en sí mismo es una economía circular. Las hemos hecho para uso individual o para colegios o residencias. No es el futuro, es una exigencia europea. Hay que generar la menor materia orgánica posible. La fracción textil es la más complicada, es un 6 % de ropa, redes, o toldos, por ejemplo.

¿Hay suficiente infraestructura para realizar esa separación?

La Administración tiene que facilitar esos contenedores, pero luego debe llevarlos a los lugares de compostaje, porque no vale que lo mezclemos otra vez. Eso nos da problemas. Necesitamos esas inversiones para que el área metropolitana pueda destinar esa materia a un lugar adecuado.

En el interior reclaman una fiscalidad diferenciada. ¿Es un acto de justicia?

Lo es. Los pueblos pequeños están pagando mucho menos gracias a ese planteamiento de medir los comportamientos. Debería haber aplicaciones de economía circular que redunden en las tasas, como el pago por los servicios medioambientales, que debería estar en la agenda de forma más decidida.

¿Cómo afecta la despoblación en la gestión de los residuos?

Es una complicación para los alcaldes y alcaldesas. El ciudadano que llega a su casa de verano cree que todo vale y te encuentras con muebles y residuos voluminosos en las cunetas.

Ha mencionado los sumideros de carbono. ¿Se debe contraprestar por mantener la masa forestal?

No podemos bajar la guardia en reclamar que nuestras comarcas de interior son grandes sumideros de carbono. Hoy, en la C. Valenciana las grandes empresas están pagando en torno a 100 millones de euros por los derechos de contaminación, pero se van a otros lugares. Deberíamos exigir que eso revirtiera en nuestro territorio. Hay que reclamarlo. Obligar a que esas cantidades económicas se inviertan en nuestro interior.

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