La radiografía municipal que muestra el Portal Estadístico de la Generalitat Valenciana con datos de 2018 desgrana el gasto de cada ayuntamiento por sectores. Así, mientras Benissanó es el consistorio que más porcentaje debe destinar a amortizar la deuda municipal, Nàquera hace lo propio pero con la inversión en servicios públicos básicos, esto es, transporte, electricidad o agua, entre otros. Así, el ayuntamiento que dirige Damián García destinó en 2018 más de 4 millones de euros de los 7,8 que dispone.

Por detrás se encuentra San Antonio de Benagéber. Con 5,3 millones de presupuesto total, invirtió en sus vecinos el año pasado 2,33 millones de euros. Llíria, que arrastra una deuda considerable (8%) en comparación con sus municipios vecinos, sí que ofrece un buen dato en los recursos que destina a cuidar de sus habitantes. Invirtió 7 millones de los 16 que figuraron en su presupuesto municipal de 2018, un porcentaje parecido al de l'Eliana, que invirtió el 41 % de los casi 14 millones que tuvo consignados.

Bétera invirtió 8 de los 20 millones que figuraban en sus cuentas; La Pobla de Vallbona, otros 8 millones y Vilamarxant 3 millones, todos ellos rozando el 40 % del presupuesto total. Por el contrario, a la cola en inversión se situó Casinos con el 21 % del presupuesto destinado a servicios, es decir, 505.000 euros de los 2 millones que dispuso el año pasado.