La presentación de «Llibres contra la repressió» ha tenido una consecuencia directa: la restricción del uso del Castell como sala de exposiciones, ponencias, o actos de tinte político. No fue la presentación como tal lo que ha influido en esta decisión del Ayuntamiento de Riba-roja de Túria, sino la protesta que la extrema derecha convocó en las puertas y que terminó con «insultos, amenazas y otros comportamientos intolerables» hacia los asistentes al acto y a los concejales de izquierdas que asistieron a la presentación. El elenco de ponentes no gustó a la ultra derecha, ya que fue el diputado de Esquerra Republicana de Cataluña, Gabriel Rufián, junto a Artur Junqueras, padre de Oriol Junqueras, y Sergi Sol los encargados de presentar sus respectivas obras.

A fin de evitar «polémicas estériles», el pleno del ayuntamiento aprobó una resolución del PSPV de la localidad donde insta al equipo de gobierno a estudiar una modificación de la normativa sobre el uso del Castell municipal que está calificado como Bien de Interés Cultural. La moción contó con el respaldo del PP, Compromís, Podem Riba-roja, EUPV y Cs, con la abstención de Vox.

El texto de la propuesta aprobada subraya que «ni nuestros representantes políticos de la corporación municipal ni las fuerzas de seguridad como son la policía local y la guardia civil pueden ser objetos de ningún comportamiento violento o vejatorio», por lo que exhortan al ayuntamiento a una revisión sobre el uso de este edificio. Para ello, se creará una comisión para estudiar la ordenanza municipal que se aprobó en 2004 para evitar más actos políticos en este entorno.

«Culpabilizar a las víctimas»

La reacción del organizador del evento, Esquerra Republicana del País Valencià, no tardó en responder a esta moción. Para el partido, el ayuntamiento «culpabiliza a las víctimas y justifica a los verdugos».

Para la formación es «indignante» que la prohibición se de como consecuencia de un «acto cultura contra la represión y por las libertad de pensamiento, ideológica y de expresión», donde hubo aforo completo y medio centenar de personas se quedaron fuera.