El Ayuntamiento de Nàquera trasladará en cuestión de semanas a los niños de la escoleta infantil de 0 a 3 años a la biblioteca municipal. Una obra para reparar las grietas del edificio escolar está detrás de esta decisión del consistorio, que se ha visto obligado a trasladar a los niños dada la envergadura de la reparación con la opinión en contra de las madres y padres del centro.

El lunes han convocado una manifestación a las 17:30 frente al Ayuntamiento de Nàquera para protestar por esta decisión tomada sin consenso ni consulta a los progenitores, según denuncian. Una de ellas, Tania Bautista, explicó que fue hace dos semanas cuando la dirección del centro les convocó a una reunión informativa donde asistió la directora del centro y la concejala de Educación y Cultura, Esther Liébana, con la notoria ausencia del alcalde, Damián Ibáñez. «Ni siquiera se presentó para explicarnos esta decisión, delegó en la concejala, quien tuvo que dar la cara por él», recriminó Bautista.

La decisión es firme. Tanto es así que las obras de acondicionamiento de la biblitoeca ya han comenzado a pesar de las familias. Se quejan de que en el espacio hay cristaleras, un peligro para los más pequeños. La verja de la entrada ha sido parcialmente tapiada para evitar que los niños puedan salir.

La escoleta tiene seis años de antigüedad y las grietas no han tardado en aparecer. Para su reparación, el ayuntamiento solicitó una subvención a la Diputación de València para repararlas. El trámite se inició en diciembre de 2018 y desde que se concedió no se habían ejecutado las obras. En abril de 2020 vence la subvención y tendrán que justificar la inversión de los fondos concedidos.

Sin embargo, el alcalde explicó en sus redes sociales que la escoleta está construida sobre un antiguo cementerio. «Antes las leyes lo permitían todo, pero ahora para mover un clavo hay que pedir permiso a cientos de instituciones», escribió el alcalde. Aseguró que están a la espera de recibir los informes arqueológicos para comprobar el terreno «pero mientras no llegue esa autorización, estamos bloqueados». Apuntó que el proceso se ha demorado por más de un año «por los estudios han tenido que hacerse poco a poco sobre el asentamiento de la obra».

Sin embargo, las explicaciones del alcalde no han caído bien entre las madres y padres del centro infantil. Además de no haber asistido a la reunión informativa, las familias están ofendidas por la respuesta del alcalde a uno de los padres en las redes sociales. El alcalde publicó una fotografía acunando una botella de vino donde llamaba a cuidar el vino joven «como un hijo». Un padre respondió que cuidara a los niños «en lugar de ponerlos en una biblioteca». Ibáñez no se achicó y respondió que podían llevarlos a la casa de este padre «para que estuvieran más seguros», espetó el alcalde.