La presentación el 25 de enero de «Llibres contra la repressió» en Riba-roja ha creado un enfrentamiento dentro del colectivo de Compromís en la localidad. La visita del diputado de ERC, Gabriel Rufián, junto a Artur Junqueras y Sergi Sol hizo que la extrema derecha se manifestara a las puertas del Castell del municipio. La polémica propició que el PSPV local presentara una moción donde pedía a crear una comisión que estudiara el uso del Castell, declarado Bien de Interés Cultural, a fin de restringir los actos políticos y evitar «polémicas».

Sin embargo, el grupo de Compromís votó con los socialistas a favor de crear esta comisión. Todo indica que el voto fue favorable pese a las reticencias del Bloc, quienes señalan que la moción de los socialistas salió adelante con el beneplácito de solo una parte de la coalición: la de Iniciativa del Poble Valencià. El Bloc de Riba-roja emitió ayer un comunicado donde rechazó «la restricción del uso del Castell por razones políticas que no técnicas o normativas».

Así lo señaló en un comunicado Xelo Tomás, del Bloc Compromís de Riba-roja. Cuestiona que por culpa de una manifestación de un grupo de personas «contrarias a la libertad de expresión» que maltrataron «física y verbalmente a los asistentes» se planteara prohibir estos actos políticos en el Castell «para preservarlo».

La moción presentada por el PSPV fue modificada finalmente para que en lugar de prohibir estos actos se creara una comisión que estudiara los usos de la sala.

«Asociar los eventos del 25 de enero a una restricción del Castillo es un castigo que no toca», señala Tomás en el comunicado. «Plantear que un acto político, por el hecho de serlo, no pueda celebrarse en un edificio determinado, es restringir la libertad de expresión y la calidad democrática», señaló Tomás.