En Bétera, la decisión del Ministerio de Sanidad y de la Generalitat de aplazar las Fallas ha caído como un jarro de agua fría. Como en el resto de municipios, comprenden la necesidad de asegurar la salud pública y evitar la propagación del Covid-19 pero reconocen que ha sido "un palo gordo".

El presidente, Edgar Jorro, recibió la noticia junto a otros miembros de Junta Local mientras preparaban y organizaban la Ofrenda de Flores que estaba prevista para el día 18. Por ahora, todo queda suspendido.

El problema más grave en Bétera es qué hacer con los monumentos falleros. Algunos se encuentran dentro de las carpas que las comisiones ya han instalado en la calle, por lo que una solución relativamente inmediata podría ser trasladarlos a un almacén municipal que se utiliza para guardar material de construcción en el municipio. Se trata de la antigua cooperativa y en la actualidad, según explica Jorro, también se guardan algunos ninots, por lo que tal vez se pueda hacer hueco.

"Sin embargo, no podrán quedarse mucho tiempo allí porque en el almacén se trabaja", explicó Jorro. Por eso, todo depende de la reunión de esta tarde con el ayuntamiento y con Policía Local, además de estar pendientes de la rueda de prensa que ofrecerá el Ayuntamiento de València a las 13:30. De su decisión dependerá lo que hagan otros municipios.

Jorro lamentó la tristeza con la que han recibido la noticia las Falleras Mayores de Bétera, la corte, y las falleras mayores y presidentes de las cinco comisiones de la localidad. "Solo lo van a vivir una vez en la vida y aplazarlas, sin saber a cuando, es duro", ha señalado el presidente. Según ha explicado, los tiene a todos a la espera de tener más información por parte del ayuntamiento que dirige Elia Verdevío.

"Las carpas están montadas, las solicitudes para cortar calles pedidas y los escenarios para las verbenas están montados", explicó el presidente de la junta. Todo eso ha sido pagado, como la comida y la bebida para las jornadas falleras, además de contratos a bandas musicales y conjuntos de Dolçaina i Tabalet, por lo que hay prisa en saber cómo y cuándo se va a llevar a cabo el aplazamiento.