La Junta Local de Gobierno marxant ha amanecido esta semana sin el mural del artista portugués Rui Pinto Da Silva. La obra de arte urbano que vestía una de las paredes del polideportivo municipal ha sido borrada y en su lugar aparece la pared pintada de negro, sin rastro de la misma. La desaparición del mural ha generado la reacción de cientos de vecinos, unos a favor y otros en contra, quienes han dejado decenas de comentarios en las redes sociales y han trasladado el debate a pie de calle.

Desde el ayuntamiento se explica que la actuación responde al rediseño (rebranding) que se está haciendo del complejo deportivo, una trabajo que implica la utilización de los colores corporativos del Vilamarxant (equipo de fútbol) en todo el recinto deportivo, de ahí la opción de pintar de negro la pared donde estaba el mural, explicaba el responsable de comunicación, Xavi Jorge, quien recuerda que «la intervención está proyectada desde 2018, con el anterior gobierno y nosotros lo que hemos hecho es darle continuidad», añadía.

Las aclaraciones no convencen al autor del mural quien asegura sentirse «muy frustrado» tras lo sucedido. «Sabemos que este tipo de obras son finitas porque al estar en la calle están expuestas, pero que sea una institución, la misma que la promovió, la que le ponga fin así, no se entiende». El muralista lamenta que se acabe de esta manera con lo que considera «un legado cultural que respondía al objetivo de darle proyección a la ciudad». Por eso, sospecha que detrás de esta acción haya «una decisión exclusivamente política», tras el cambio de gobierno, ahora liderado por el PP. «Siento que no se ha valorado nuestro trabajo, ya que cuanto menos se me podía haber consultado».

Por otro lado, al artista portugués le resulta llamativo que se haya pintado la pared de negro, «es como una paradoja», terminaba en declaraciones a Levante-EMV.

El mural objeto de polémica tenía más de 20 metros cuadrados y versaba sobre el contrato matrimonial, un trabajo que perseguía la «sensibilización social» dentro de la corriente de lo que se conoce como la «nueva objetividad alemana del S.XX», tal y como explicaba el comisario de la exposición y organizador junto al ayuntamiento de la iniciativa cultural que acogió a decenas de artistas durante tres años, Benito Marín; cita donde se enmarca la realización de esta obra en cuestión.

Atentado cultural

Marín calificaba lo ocurrido de «atentado contra la cultura y la libertad expresión», y añadía que «se podían haber barajado otras alternativas para salvar esta obra de arte, valorada en más de 6.000 euros». A este respecto, destacaba la figura del artista, «con mucha proyección y reconocido en muchos lugares del mundo». Cuenta con obras en Brasil, Portugal y Córdoba, entre otros lugares.

Rui Pinto da Silva de origen portugués pero afincado en la Pobla de Vallbona, lleva tres años participando en este certamen de arte de Vilamarxant, que se inició bajo el nombre de «VilamARTxant» para derivar en «Vilart», un festival que el año pasado cumplió su tercera edición, sin previsión por ahora de una cuarta.

Precisamente, el mural que ha sido borrado pertenecía a la primera edición del certamen y aunque algunos vecinos aseguran que después de tres años estaba «algo perjudicado», «su desaparición y de esta manera, no está justificada», insistía el comisario. «Se podían haber puesto en contacto conmigo para darle una solución, y poder conjugar su proyecto con mantener los murales, pero no ha habido voluntad», terminaba Marín.