El Ayuntamiento de La Pobla de Vallbona se ha propuesto en esta legislatura devolver el esplendor al casco antiguo de la localidad. Con el ánimo de revitalizar el centro, el consistorio que dirige Josep Vicent Garcia aplicará una rebaja del 50 % del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) a los propietarios de viviendas catalogadas como Bienes y Espacios Protegidos. Esta iniciativa forma parte de un conjunto de ayudas que el consistorio ha lanzado para que el centro no se abandone y se deteriore, ya que la tendencia habitacional de los últimos años vira más hacia las residencias en las afueras de la localidad. Por eso se busca con estas rebajas fiscales que las antiguas casonas tradicionales supongan una opción inmobiliaria real para nuevos propietarios que dinamicen el centro urbano. En esta misma línea, además de reducir el impuesto del IBI al 50 %, las mismas viviendas protegidas en el catálogo de Bienes y Espacios Protegidos tendrán ventaja para reformar el inmueble. En concreto, se pretende aplicar una rebaja del 90 % al impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO).

Es decir, en cualquier reforma para rehabilitar estas viviendas, la contribución municipal por la obra se verá reducida en un 90 %. Además, si la vivienda adquirida en el centro histórico no está registrada como Bien y Espacios Protegidos, pero sí ubicada en la Vila, también podrán tener una rebaja del 50 % en cualquier tipo de reforma de rehabilitación o para eliminar elementos impropios. El alcalde de Compromís señaló a este diario que el casco antiguo de La Pobla de Vallbona necesitaba desde hace años «un impulso» que evitara el abandono de estas viviendas que forman parte del patrimonio local. Estas ayudas fiscales tratan de fomentar la habitabilidad en estas viviendas que presentan particularidades, como que no pueden ser derruidas ni modificada la distribución de su planta. El resto de medidas se irán implantando a lo largo de la legislatura, como señaló el alcalde Garcia ayer. Se trata de facilitar la decisión para que vivir en la vila «no sea un problema, si no la elección de un estilo de vida», explicó Garcia.