La pandemia dispara la recogida de basura en las zonas de segundas residencias

El desplazamiento de la población del área metropolitana hacia el interior se refleja en los residuos, con 17.000 toneladas más que en 2019

Ecoparque de l'Eliana.

Ecoparque de l'Eliana.

Amparo Soria

Amparo Soria

València

La restricción de planes y vida social, la implementación de tecnologías que permiten el teletrabajo y las clases online y las interminables horas en un piso han llevado a los urbanitas a replantearse el estilo de vida en 2020. Algunos han hecho de su segunda residencia su vivienda habitual y aunque no es una afirmación que se registre en el padrón municipal (muchos no formalizan ese cambio), hay un dato que no se equivoca: el aumento más que sustancial de residuos generados en 2020. Respecto al año anterior, en Camp de Túria, La Serranía, la Hoya de Buñol-Chiva, Utiel-Requena y el Rincón de Ademuz se han recogido 17.000 toneladas más de residuos de todo tipo, pasando de las 170.586 toneladas de 2019 a las 186.944 de 2020.

El Consorcio València Interior (CVI) ha recogido un 10 % más de desechos en 2020, el año que nos empujó a estar en casa. El incremento se ha producido, sobre todo, en municipios con zonas residencias de chalés, donde abundan las segundas residencias de los habitantes de València y su área metropolitana. Se aprecia en los datos facilitados por el propio consorcio, donde los principales municipios con zonas de diseminados han disparado los datos: en Nàquera los residuos han crecido un 25 %, en Vilamarxant un 24 %, en Llíria un 17 %, en Bétera un 15 % y en La Pobla de Vallbona un 14%.

«En los municipios de interior no ha variado en exceso, pero en zonas de chalés se han multiplicado por dos la recogida de muebles y se han duplicado las podas. En cuanto a los residuos comunes, han crecido un 40 %», afirma Ángel Rodríguez, gerente del CVI. En los ecoparques, la recogida de muebles ha sido la tónica general dado que la gente ha decidido renovar el mobiliario de las casas que antes destinaban a las vacaciones.

Con la evolución de la recogida sobre la mesa, se ven casos curiosos como el de Godelleta, donde a partir de abril de 2020 creció el residuo común un 20 % y así se ha mantenido hasta hoy. «La gente no cambia de hábitos de la noche a la mañana, el incremento no se debe a que las personas puedan comprar o comer más. Es tan evidente porque hay más residentes, porque ha ido más gente a esa zona», explica Rodríguez.

Más vidrio que nunca

El confinamiento también se vio de forma evidente en los contenedores de vidrio. Según el gerente, los empleados de Ecovidrio tenían unas rutas establecidas de recogida, donde se hacía hincapié en contenedores cercanos a la restauración. Esos se han quedado vacíos con las restricciones a la hostelería, pero a cambio se han llenado los que están junto a los chalés.

Este cambio de paradigma no desaparecerá. Según sostienen en el CVI, muchas de las personas que han pasado este año en estas zonas residenciales han comprobado que tienen servicios, el teletrabajo funciona y las necesidades están cubiertas, por lo que muchos no volverán a la ciudad.

Mientras en el CVI el volumen de trabajo incrementaba, la Entidad Metropolitana para el Tratamiento de Residuos, que da servicio a València y alrededores, vio cómo descendía el tratamiento de residuos en un 4 %.

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