Los últimos datos revelados por el Instituto Nacional de Estadística no mienten: la población ha crecido en tres de las cinco comarcas de interior valencianas. La Serranía, la Hoya de Buñol yUtiel-Requena han aumentado en 1.333 habitantes en 2022, una cifra que sorprende -o no tanto- ya que varios de los municipios de estas tres áreas geográficas están en riesgo de despoblación.
Si bien el crecimiento no va a solucionar el continuo vaciamiento de estas localidades, sí que arroja algo de esperanza y, lo que es más importante, revela un dato más: las tres comarcas que marcan un dato en positivo están conectadas con la capital,València, por grandes ejes de comunicación. La A-3 a Madrid cruza la Hoya de Buñol y UtielRequena, mientras que la CV-35 conecta a la Serranía, y con las últimas mejoras implementadas, nuevos pueblos han visto mejorar sus accesos, lo que ofrece a sus habitantes y a nuevos residentes una forma eficaz de desplazarse. Eso sí, en vehículo particular.
La semana pasada, este diario confirmó que el área metropolitana de València, eso es, los municipios entre la capital y el límite del Bypass de la A-7, había crecido respecto a 2021 en 4.551 habitantes. El segundo anillo metropolitano, que incluye comarcas como elCamp de Morvedre o elCamp de Túria, han experimentado un crecimiento semejante, con localidades comoRiba-roja o Llíria que han visto crecer su censo poblacional desde 2021 en 251 y 388 personas respectivamente.
Por eso, que municipios como Pedralba, en laSerranía, hayan crecido en 114 nuevos residentes, sorprende para bien. Es el que más ha incrementado su población en la comarca, seguido, muy de lejos, por los 19 residentes nuevos de Bugarra, los 15 de Chelva y de Titaguas o los 11 de Alpuente. En este último caso, el trayecto hasta la capital es de 1 hora y 20 minutos.
En laSerranía, el crecimiento se ha producido en 11 municipios respecto a los 7 que bajan, comoChulilla (8 menos) o Higueruelas, con 14 vecinos menos. El total de la comarca arroja una cifra redonda: de un año a otro, la población afincada en este entorno rural es de 200 personas.
Algo similar ha ocurrido en la Hoya de Buñol, donde ocho de los nueve municipios han registrado valores en positivo.Chiva suma 516 nuevos residentes, seguido por Godelleta (228) oCheste (100). Alborache, Buñol, Macastre y Yátova han crecido entorno al medio centenar de personas.
La comarca suma desde 2021 un total de 1.073 personas más viviendo en este área junto a la A-3.Solo Siete Aguas ha visto perder tres habitantes.
En el caso de Utiel-Requena, los datos se mantienen más o menos estables respecto al año anterior, pero crecen en comparación a 2019 en seis de los nueve municipios de la comarca. Así, Chera, Utiel, Villargordo delCabriel y sobre todo,Sinarcas,registran datos optimistas. En el caso de la última localidad, sube en 26 habitantes.
La pandemia, crucial
Tanto la alcaldesa de Pedralba,Sandra Turégano (PP), como el de Godelleta,Rafa Fora (PSPV), coinciden en que el crecimiento se ha producido a causa de la pandemia. Fue un punto de inflexión para muchas personas que terminaron por decidir vivir en el campo, y así ha sucedido. «La calidad de vida en Pedralba es absoluta: hay seguridad y estamos cerca de València. Apenas hay casas de alquiler y muchas de las personas de los chalés han fijado aquí la residencia», señala Turégano. Por su lado, Fora destaca que en el casco urbano deGodelleta no se ha notado el crecimiento, ya que donde se han producido los empadronamientos ha sido en los chalés.