Comedor escolar con polémica en Gàtova: el servicio cuesta 1.300 euros para un niño cada mes
El consistorio defiende que no puede hacerse cargo de un gasto de 1.300 euros mensuales para un solo niño que tampoco asistirá todos los días
El AMPA del colegio asegura que serán más de seis niños y niñas los que hagan uso del servicio y piden que el consistorio asuma el gasto

Pancartas contra el cierre del comedor escolar en Gátova. / L-EMV

La despoblación, más allá de fenómeno global, presenta diversos problemas que acarrea la falta de gente: la falta de servicios. La toma de decisiones por parte de los ayuntamientos debe ir a fomentar el crecimiento -o, al menos, mantenimiento- demográfico, pero en el día a día se presentan situaciones con difícil solución, ya que pequeños ayuntamientos deben cargar con grandes gastos, ofreciendo las mismas oportunidades que en la ciudad. Eso ha sucedido en Gàtova, con dos versiones enfrentadas. Por un lado, la del AMPA del colegio el Gorgo de Gàtova, que exige al ayuntamiento que dirige Jesús Salmerón (PP) que costee el comedor escolar. Por otro, la del consistorio, que no puede afrontar un gasto de entre 1.300 y 1.500 euros mensuales para dar de comer a un solo niño que no hará uso de él todos los días, según explican.
Así, la polémica está servida. Diversas madres que llevan a sus hijos a este centro -en total hubo 10 alumnos y alumnas en el curso 2023/2024- se han concentrado en Gàtova pidiendo que el ayuntamiento preste este servicio. Paula, presidenta del AMPA, quien asegura que se han producido varias reuniones entre ellas, la directora del Colegio Rural Agrupado Alt Carraixet (de quien depende el Gorgo de Gàtova) y el concejal de Educación del municipio "y no se ha podido acordar nada por las trabas que han ido poniendo", señala Paula, presidenta de la asociación escolar.
El alcalde es claro. Asegura que el servicio de comedor escolar lo ha utilizado el pasado curso un niño fijo y otro discontinuo al mes, lo que tiene un coste mensual de aproximadamente 1.300 euros. "Durante meses hemos incentivado el uso del comedor escolar para reducir el déficit asumido de 1.300 euros mensuales y defender la viabilidad del servicio, pero la presidenta del AMPA se ha negado al compromiso de llevar a sus hijos al comedor, argumentando que no pueden ni quieren hacerlo, aunque al mismo tiempo exigen que el ayuntamiento mantenga el servicio a pesar de su escaso uso", explica Salmerón.
Es decir: el ayuntamiento reprocha a las madres cuyos hijos son usuarios del comedor "su falta de compromiso a la hora de utilizar este servicio", por lo que el ayuntamiento no puede asumir un gasto tan elevado para que haya días que no haya ni un niño.
Salmerón explica que se propuso a la empresa concesionaria que el servicio se redujera de cinco a tres días a la semana, pero se rechazó por no ser rentable. El consistorio también intentó contratar directamente a una monitora para hacer uso de las instalaciones del centro por su cuenta, prestando el ayuntamiento directamente este servicio. Sin embargo, Secretaría-Intervención tumbó esta propuesta porque la plaza de monitora no está en la Relación de Puestos de Trabajo del ayuntamiento. La tercera alternativa propuesta fue que el bar del pueblo prestara este servicio, "pero las familias lo rechazaron porque el menú solo era de un plato principal y no de dos", dice Salmerón.
Fondos suficientes
El ayuntamiento añade que no se trata de escasez de fondos. Al contrario, el presupuesto se ha aumentado para el siguiente curso en 3.000 euros, pasado de 6.000 euros consignados para 2024 a los 9.000 previstos para 2025. "Lo que se ha solicitado es que si se paga el comedor, al enos se utilice, porque las madres que lideran el movimiento se niegan a llevar a sus hijos al comedor de forma fija y argumentan que el ayuntamiento no les puede obligar a pagar el déficit", señalan.
Aquí las versiones se contraponen: mientras la presidenta del AMPA asegura que al menos seis niños y niñas harán uso del comedor a partir de septiembre, el ayuntamiento apunta a que solo será uno y no lo hará continuamente. "Es como si se mantuviera un servicio de limpieza a domicilio diario que nadie usa, pero que le cuesta al ayuntamiento entre 1.300 y 1.500 euros mensuales", dice Salmerón.
Paula, por su lado, señala que Gàtova es un pueblo en riesgo alto de despoblación y cerrar un servicio como el comedor escolar "puede acabar con el colegio". Defiende que sí que se comprometieron con el ayuntamiento a dejarlos todos los días, "pero el alcalde nos dijo que el déficit seguía siendo elevado".
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