Entrevista

Alcalde de Riba-roja: "Lo más duro fue ver las naves inundadas con trabajadores dentro"

Robert Raga relata cómo vivió en su propia piel la llegada de la DANA a su localidad, actualiza el estado en el que se encuentran y reflexiona sobre cómo afrontar cuestiones futuras

Robert Raga, alcalde de Riba-roja de Túria

Robert Raga, alcalde de Riba-roja de Túria / Daniel Tortajada

Riba-roja

"La tarde del martes 29 y la madrugada 30 de octubre viví mi momento más crítico desde que soy alcalde". Así es cómo recuerda el alcalde de Riba-roja de Túria, Robert Raga, el día de la llegada de la devastadora DANA a su municipio.

"Esa misma mañana recibimos la alerta de la AEMET y sobre las 12 horas nos dieron el aviso de que la rambla del Poyo se estaba llenando mucho y muy rápido. No tardamos en acercarnos. Cuando llegamos, a las 12:30 horas, la vimos ya hasta arriba. Y a partir de ahí todo fue muy rápido", relata el alcalde.

Según cuenta el munícipe, enseguida se pusieron en contacto con los empresarios del área industrial para decirles que tuvieran mucho cuidado, que la rambla se estaba llenando mucho. "Alertamos, sobre todo, a los del sector 14, que es el más cercano al barranco de Chiva", detalla.

Una situación muy crítica

"Tres horas más tarde, sobre las 18:00 horas, lanzamos el aviso ya a todo el pueblo. A esa misma hora volvimos a llamar a los empresarios para decirles que no salieran, que permanecieran dentro de las instalaciones porque intentar salir con el coche no era seguro y que la situación se estaba volviendo muy peligrosa", declara Raga. Pero nunca imaginó que lo peor todavía no había llegado.

"Creo que lo más duro fue ver las naves industriales inundadas con hasta cinco metros de agua sabiendo que muchos trabajadores seguían todavía dentro y que los caminos eran impracticables. Nunca imaginé que vería algo así", confiesa el alcalde. A partir de ahí, cuenta que fueron momentos de mucha incertidumbre e impotencia y que, hasta que no pudieron acceder al día siguiente y trasladar a los afectados a los colegios para darles mantas y alimentos, no se sintió tranquilo. "Fue una situación muy crítica", reitera.

Condiciones preocupantes

Más de una semana después de lo ocurrido, el munícipe es consciente de que la zona continúa en "condiciones muy preocupantes" y, aunque no sabría decir una posible fecha exacta de recuperación, no le cabe duda de que "el impacto a nivel económico va a ser muy potente. Probablemente, hasta que se vuelva a restablecer todo pasarán varias semanas. O tal vez meses", tantea.

Robert Raga implicado en la recuperación de la normalidad en Riba-roja

Robert Raga implicado en la recuperación de la normalidad en Riba-roja / A.R.

Acciones pendientes

Sobre la situación en el área industrial y la pedanía de l'Oliveral, que han sido dos de las zonas más afectadas del municipio, Raga ha avanzado que "todavía queda muchísimo trabajo por hacer" y que siguen "limpiando y retirando vehículos".

"Es verdad que algunas de las empresas que han tenido daños menores porque estaban en la zona más alejada de la Rambla ya han podido retomar la actividad y están funcionando al 80 %. Pero otras todavía siguen sin electricidad", concreta el alcalde.

En el pueblo, por su parte, el munícipe reconoce que la situación "está ya bastante más normalizada", pero añade que "es verdad que todavía no hemos podido solucionar la incomunicación de la zona norte, y aunque hemos habilitado transporte público para que puedan acceder al casco urbano, y un Centro de Salud, hay que seguir trabajando para poder solucionarlo cuanto antes".

Raga: "La coordinación ha fallado"

En cuanto a la coordinación entre administraciones, Raga cree que podría haber sido mejor. "No quiero entrar en política ni tampoco en las responsabilidades de las distintas competencias, pero está claro que la coordinación ha fallado", manifiesta.

Asimismo, el alcalde considera que "lo único que nos queda es ver de cara al futuro cómo lo resolvemos y va a tocar plantearse mucho, ya no solo por el gran problema de inversión económica al que nos enfrentamos, sino también por las familias de las víctimas y de las personas desaparecidas". "Este es un problema muy real, y la coordinación no ha estado a la altura", insiste.

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