El barranco del Pozalet cuyo cauce desemboca en un polígono industrial

La canalización de 2011 optó por construir unas balsas de laminación como final del cauce, que choca con la carretera de acceso al Parque Logístico Valencia y vuelve a aparecer en Bonaire

El barranco del Pozalet que desemboca en el poligono industrial de Riba-roja

J.M. López

Amparo Soria

Amparo Soria

Las inundaciones en Riba-roja de Túria forman parte de la normalidad. Aunque parezca un oxímoron, diversos puntos del municipio quedan anegados no ya con una dana tan catastrófica como la de octubre, sino con cualquier periodo de precipitaciones que se alarguen durante más de una jornada. La zona cero de estas inundaciones se encuentra en los polígonos industriales de la Reva, l'Oliveral y Parque Logístico Valencia (PLV), y tiene un responsable: el barranco del Pozalet.

La rambla, cuyo origen se sitúa en la sierra de Chiva y forma parte de la cuenca del Poyo, discurre desde las cotas altas hasta llegar a Loriguilla y cruzar al término municipal de Riba-roja de Túria, bordeando las zonas industriales de La Reva y el Sector 13 hasta desembocar entre l'Oliveral y el PLV. Allí, es precisamente la carretera de acceso a este parque, la Ronda del Puerto de Valencia, la que actúa de muro de contención, donde desaparece el cauce.

Las grandes inundaciones y especialmente la última dana de octubre, han recordado que el cauce, aunque no sea visible, sigue existiendo, y con grandes avenidas, las aguas del Pozalet acaban desembocando -ahora a través de campos agrícolas y las áreas industriales de Quart de Poblet- en el barranco de la Saleta, que tiene su inicio bajo la A-3 a la altura del Centro Comercial Bonaire. El cauce, modificado de forma artificial por el uso industrial y agrario, es invisible, pero no ha desaparecido.

Lo explica claramente el informe de 'Adecuación Ambiental y drenaje de la cuenca del Poyo vertiente a l'Albufera', editado en la década de los 2000 por Typsa. Los técnicos ya describieron entonces una situación que fue modificada ligeramente después, porque ahora sí, desde Loriguilla hasta el PLV, existe un cauce que canaliza las aguas siempre que no haya una gran avenida. Entonces, los expertos describían que "entre el ferrocarril y la A-7, el cauce deja de estar definido y se corresponde con una zona similar del barranco del Poyo, lo que provoca que en situación de lluvias de cierta magnitud, parte de los caudales desbordados del barranco del Poyo, aguas abajo de la A7, se dirigen hacia el norte aumentando los caudales del Pozalet y consecuentemente, la Saleta", explica el texto.

El ingeniero municipal de Riba-roja , Vicente Adobes, explica la situación sobre el terreno en una de las salidas que ha realizado esta semana para comprobar el estado de las balsas de laminación que construyó la Generalitat en 2011 para intentar contener el caudal del Pozalet, habitualmente seco pero cargado de agua en cuanto llueve con cierta intensidad. Estas piscinas están situadadas entre l'Oliveral y PLV y durante la dana de octubre, cubrieron todo el primer polígono; el segundo salvó algunas áreas porque está ligeramente más alto.

Esta semana, las lluvias de la nueva dana -no intensas pero sí persistentes- han vuelto a llenar estas balsas y ha sido necesaria la utilización de camiones bomba para drenar las piscinas y que pudieran seguir acumulando agua. Adobes explica que, tal como llueve en Chiva, "en dos horas el agua está aquí", y por mucha extracción que se realice, "la balsa sigue llena porque hay escorrentías que continúan filtrando el agua". Una situación que se repite constantemente y a la que se destinan recursos municipales para tratar de revertir, en la medida de lo posible, la inundación de estas piscinas.

Adobes continúa su inspección sobre el terreno y el trabajo de los operarios para la extracción de los acumulados junto a la concejal de Seguridad y Emergencias, Raquel Pamblanco, y el jefe de la Policía Local de Riba-roja, Fernando Tejera. Los tres tienen presente el proyecto que diseñó la Confederación Hidrográfica del Júcar, en la misma línea que el de Typsa, por el que se busca rencauzar el Pozalet y unirlo a la Saleta, en su inicio desde Bonaire, a través de una canalización que contempla también una zona verde inundable sobre las huertas de Riba-roja y Quart de Poblet, para darle así una salida coherente a las aguas y siguiendo la dirección hídrica de esta cuenca. Un proyecto que sigue en el cajón pese a los numerosos intentos del ayuntamiento con los diversos gobiernos de la Generalitat para reactivarlo y poner fin a una situación que mantiene en vilo al tejido empresarial y al consistorio cada vez que el parte meteorológico prevé lluvias.

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