El colegio que se mudó a siete sedes por la dana

Que las consecuencias de la devastadora dana nos está llevando a reinventarnos estos días no solo es necesario, está siendo imprescindible en el mundo de la educación. Uno de los muchos colegios al que le ha tocado hacerlo ha sido el colegio de Fomento El Vedat, ubicado en Torrent. No sufrió graves daños en sus instalaciones, si bien quedó aislado durante semanas tras los destrozos causados por las riadas en las vías de acceso en el citado municipio de l'Horta Sud. “Teníamos claro que debíamos empezar desde un primer momento con clases 'online' para los mayores y con trabajos para casa, para los más pequeños”, afirma Guillermo Rodríguez, director del colegio El Vedat, tras estas últimas semanas de cambios de sede educativa.

“Sin embargo -añade Rodríguez- siendo conscientes del gran inconveniente que supone para las familias no poder mandar a sus hijos al colegio, nos pusimos manos a la obra para darle solución a este asunto”. Y es que, El Vedat tiene más de un 70% del alumnado procedente de València y otros municipios.

Búsqueda de sedes

De esta manera comenzó la búsqueda de distintas sedes para alojar a los alumnos que no podían ir al centro educativo. “Estos diez días hemos llegado a tener a alumnos en siete sedes. Las clases eran impartidas en sistema híbrido: se daban en una sede aunque se emitían en 'online' para que llegaran a todos”, explica el director de El Vedat. Los alumnos que no podían salir de casa se quedaban recibiendo clases 'online' y los que podían iban al colegio.

Excelente acogida

Además, los alumnos de infantil se repartían entre el colegio de Fomento Vilavella, así como en Guadalaviar. Por su parte, los de primaria acudieron al Centro Padre Arrupe. Los de secundaria al colegio San José, también de la Compañía de Jesús. Por último, los más mayores, los de bachillerato, acudieron a las asociaciones juveniles Collvert y Dardo. 

“En todos los colegios y sedes nos han acogido de manera extraordinaria, sin ninguna pega, con una sonrisa y con los brazos abiertos. Solo tenemos palabras de agradecimiento para ellos. Ha sido un gran esfuerzo logístico para todos que sin duda ha merecido la pena por las familias y los alumnos del colegio”, concluye Guillermo Rodríguez.