El 9º Congreso de Historia Comarcal, que se ha desarrollado del 8 al 10 de noviembre en Requena con el lema Población y despoblación: apuesta por el paisanaje, puso de relieve entre sus principales conclusiones que hay que desarrollar una colaboración comarcal «en el ámbito turístico dejando aparte localismos». Esta colaboración debe implicar a todos los recursos turísticos: bodegas, hostelería, paisaje, Parque Natural, fiesta y patrimonio.

La comarca es «un único destino y debe ser un único producto turístico», subrayaron los participantes en el congreso que analizó las conexiones entre ocio, fiesta y turismo. El turismo, en particular, el etnoturismo y el turismo activo es «una fuente de riqueza muy necesaria para una comarca en riesgo de despoblación y que en la actualidad carece de suficientes alternativas económicas», explicaron los ponentes del foro. Por ello, se debe «apoyar la apuesta turística del territorio» pero como se ha manifestado en el Congreso, «ofreciendo un producto propio basado en el paisaje, paisanaje, patrimonio cultural y festivo y todo aquello que es singularizador.»

En este sentido, Requena-Utiel ofrece «un rico patrimonio festivo y ritual, a pesar de las evidentes pérdidas que ha llevado consigo la evolución de los tiempos». Por ello, hay que poner en valor e incluso recuperar «manifestaciones genuinas de nuestro territorio que forman parte del patrimonio identitario».

En esa línea, el turismo activo comarcal posee ya «una experiencia superior a veinte años y se ha convertido en una fuente de ingresos interesante para los municipios ribereños del Cabriel que ha estado vinculada con el desarrollo sostenible».

Por último, «el potencial del enoturismo en esta zona geográfica es enorme y aún queda mucho por desarrollar». Es una vía ya en marcha pero con claras posibilidades de incrementar «combinándola con rutas naturales, patrimoniales, ocio activo y nuevas propuestas que ya están funcionando en otros destinos», acaban las mismas fuentes.