Desde hace al menos dos semanas, los vecinos de San Antonio de Requena no pueden usar la pasarela habilitada para cruzar las vías del tren. El motivo: el paso ha sido precintado por culpa de un desprendimiento de hormigón procedente de la misma infraestructura.
Esta pasarela peatonal está dispuesta para unir el barrio del Cerro a la zona de servicios de la localidad. Sin embargo, ante el cierre de la plataforma, los vecinos de esta pedanía requenense con alrededor de 2.000 habitantes, lamentan que solo tienen dos alternativas para cruzar las vías, cada cual más peligrosa, sobre todo para personas mayores o gente que ha de ir con carros con niños o cargados con la compra.
Una de las opciones es un paso que hay que saltar y que permite andar sobre la vía, con el consiguiente peligro por la circulación ferroviaria. Mientras, la otra posibilidad es un paso elevado a unos 400 metros del cortado, pero que no tiene aceras para peatones y es transitado habitualmente por vehículos. Tras más de dos semanas, los vecinos esperan nuevas soluciones.