Eugenio Ortiz García, Francisco Martínez Aser y Bonifacio Domínguez García. Son los nombres de los tres vecinos de Requena que fueron asesinados en el campo de concentración nazi de Mauthausen durante la II Guerra Mundial, a los que ayer su municipio homenajeó en un acto que contó con una amplia representación del consistorio requenense, así como del delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, y el coordinador del Grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica, Matías Alonso. En el lugar del encuentro, en el parque de la Glorieta, se han instalado tres placas de latón en el suelo con los nombres de las tres víctimas, para que su pueblo jamás los olvide. Simbólicamente las han llamado «Piedras por la memoria».
«Lo más importante es que se ha demostrado que con iniciativas como esta la memoria histórica no solo no se practica con el ánimo de abrir ninguna herida, sino que se cierran», reivindicó Matías Alonso, quien destacó que a la moción del homenaje se habían adherido todos los partidos políticos presentes en la corporación local salvo el PP, aunque, sin embargo, al acto sí que acudieron todos los exalcaldes del municipio, incluidos los que lo fueron bajo las siglas de la formación popular. «Esto nos demuestra que sí que hay un espacio de recuperación de cara a esta mala práctica que algunos hacen con la memoria histórica», insistió Alonso.
No es el primer homenaje que se realiza en algún municipio de la Comunitat Valenciana a vecinos suyos que fueron víctimas de los campos de concentración nazis. Entre otros ya celebraron actos similares Vinaròs, Alcossebre o Macastre. Sin embargo, Alonso incidió en que el acto de Requena resulta de «una iniciativa europea muy humilde que podría extenderse a otros muchos municipios valencianos, tal y como ya se está haciendo en Cataluña». «Se trata de unas simples placas de latón, que es frecuente encontrarlas en muchos pueblos a lo largo de Europa en homenaje a las personas que fueron deportadas a campos de exterminio. Sobrecoge cuando las ves, porque hay casas en algunos pueblos donde hay hasta diez, en las que se llevaron a toda una familia... pero a la vez, no te obligan a ver lo que no quieres ver, no es invasiva como una gran estatua, pero si quieres te acercas y lo lees. Es una forma pacífica de honrar a la memoria», explicó Alonso. «Es una manera de mostrar que aquel zarpazo de la intolerancia y el odio también alcanzó, por ejemplo, a Requena», concluyó.
«Sensibilidad del Gobierno»
Matías Alonso también quiso resaltar «la sensibilidad del Gobierno actual en materia de memoria», algo que, según afirmó, corroboró la presencia en el acto del delegado del Gobierno, Juan Carlos Fulgencio, quien aseguró que «la promesa de una nueva Ley de Memoria Histórica se cumplirá pronto y con ella contaremos todos con mejores instrumentos para que puedan brillar por fin la verdad, justicia y reparación para todos». «El Gobierno está firmemente comprometido en recuperar la memoria de centenares de miles de personas como Eugenio, Francisco y Bonifacio», añadió. Ellos ya tienen su huella en Requena.
