El envenenamiento podría estar detrás de la muerte de los estorninos en Requena y Utiel

SEO Birdlife pide esperar a los resultados de la autopsia que se realiza en el Centro de Recuperación de Fauna de El Saler

Un agente medioambiental junto a un estornino pinto muerto en Requena por causas que se desconocen.

Un agente medioambiental junto a un estornino pinto muerto en Requena por causas que se desconocen.

Amparo Soria

Amparo Soria

El motivo de la muerte de cientos de estorninos en los últimos días en Requena sigue sin conocerse. La Conselleria de Agricultura y Transición Ecológica carece de novedades respecto a las autopsias que se les han realizado en el Centro de Recuperación de Fauna de El Saler, el lugar donde tratan a estas especies y les ayudan en su recuperación. Por eso, los especialistas de SEO Birdlife apelan a esta prueba para saber el motivo por el que fallecieron, aunque su portavoz en València, Mario Giménez, explica que los motivos pueden ser variados.

Aunque hasta saber los resultados todo son especulaciones, un envenenamiento sería la razón que mejor explicaría lo sucedido. Desde hace días, en Requena, Utiel y San Antonio aparecen estorninos pintos muertos en las calles, tras pasar la noche en los dormideros urbanos, donde duermen cada día. La conselleria señaló ayer a este diario que las pruebas en gripe aviar fueron negativas, y en SEO Birdlife apuntan a que este suele ser el motivo más habitual. Una vez descartado, así como la ingesta de raticida, los profesionales de las aves valoran que pueda haberse producido un envenenanimiento múltiple, derivado de comer o beber todos juntos en un mismo punto.

Giménez explica el procedimiento: estas aves, que se mueven en bandadas, duermen en grandes grupos en las ciudades y pueblos, alejados de depredadores y con una temperatura más cálida que en el campo. Sin embargo, con el día se dividen en grupúsculos más pequeños y vuelan en un radio de unos 20 kilómetros de su entorno para buscar comida y bebida. Ahí es donde puede haberse producido la causa de la muerte: en una charca de agua contaminada, por ejemplo, donde todas las aves hayan bebido.

Giménez subraya que en los campos no es ahora época de sulfatar o usar químicos contra plagas, por lo que no debería ser ese el motivo de la muerte. "Tampoco es posible la electrocución, porque sería un deceso inmediato y se habrían encontrado a los pies de las torres o cables eléctricos", matiza. Una enfermedad podría ser otra de las razones que lo explicara, aunque una vez descartada la gripe aviar, se desconoce cuál podría ser por el momento.

El ornitólogo también explica que este hecho no supone un peligro para la especie: los hay por cientos de miles, por lo que esta muerte circunstancial no es un problema "grave". "En Roma se contabilizaron millones de esta especie, y en València centenares de miles, son la especie más típica en los entornos urbanos por su adaptación". Los gorriones y las lavanderas blancas son otras aves que conviven también en las ciudades y en bandadas.