La Safor
El mercado de Tavernes cambia de rumbo
Los puestos tradicionales de alimentación que se vieron obligados a cerrar por la falta de clientes han dejado paso a nuevos negocios que están atrayendo a compradores más jóvenes que buscan esos productos adaptados a sus gustos

La mercería de Dulce Requena es uno de los nuevos negocios que han llegado al mercado de Tavernes. | LEVANTE-EMV
Pescadería, carnicería, pollería y caza, fruta y verdura, legumbres y frutos secos. La ordenanza que regula el mercado municipal de Tavernes de la Valldigna recoge, a través de este listado, en su artículo 39, la tipología de comercios que pueden implantarse en la treintena de paradas que se encuentran en el histórico edificio. Básicamente, alimentación.
Si la norma se siguiera a rajatabla, probablemente hoy sería un espacio sin vida y con un futuro realmente incierto por la gran cantidad de alternativas que hay ahora en el municipio. De hecho, hace unos años vivió momentos complicados con cada vez menos puestos, que cerraban ante la mengua de clientes.
Algunos puestos tradicionales siguen dando servicio. Ahora no hay frutería pero sí tres carnicerías, pescadería, horno, charcutería, una herboristería y tienda de caramelos. Pero desde hace unos años ha llegado otro tipo de negocios que han cambiado por completo el ecosistema del Mercat Municipal de Tavernes. Hay una mercería, productos de limpieza y perfumería, una tienda de vinos, un comercio especializado en apicultura, otro de remedios naturales e incluso, recién llegada, una imprenta y tienda de regalos y detalles.
Quien inició ese cambio fue Dulce Requena, en el año 2017, con Costueretes. Actualmente es la única tienda en Tavernes donde se pueden encontrar hilos, telas, pasamanería, cintas y todo tipo de productos relacionados con la costura. Ahora es la presidenta de la Associació de Venedors del Mercat Municipal de Tavernes.
Atiende a Levante-EMV tras un mostrador en el que hay que esperar cola por el importante volumen de trabajo que tiene. «El ayuntamiento tuvo que modificar la normativa porque este puesto era para alimentación y mi tienda fue la primera que no lo era».
Abrió un camino que ahora varios emprendedores locales han seguido, permitiendo dar una nueva vida al mercado donde dan servicio 17 negocios ahora mismo. «Ha cambiado el modelo de mercado de toda la vida», señala. Requena reconoce que estas profesiones han revitalizado el espacio y de ello se benefician los negocios tradicionales. «Entre todos vamos haciendo un poco más y ahora parece que viene gente más joven, hay mucho movimiento», indica.
En su caso cuenta que apostó por montar el mercado a propuesta de una conocida que tenía una mercería que iba a taspasar y ella quería quedarse. «Me propuso que probara en el mercado y a mí en principio me extrañó». La ventaja más importante es que el alquiler de un puesto en este espacio municipal es mucho más asequible que un local. «El inconveniente era que por la tarde no abre pero pensé que podía probar y si me iba bien luego buscar un establecimiento en el pueblo». Ocho años después le bien pero no tiene ninguna intención de dejar su parada en el mercado. «Ha ido pasando el tiempo y me he dado cuenta aquí estoy muy bien».
Clientes más jóvenes
Entre las ventajas que cita está, de hecho, el horario «porque al hacer arreglos de ropa pudeo hacerlos en casa por las tardes» pero también la compañía del resto de parados. «En una tienda estaría yo sola y si salgo para algo, los vecinos me controlan la mía».
Quien mejor puede hablar de cómo ha cambiado el mercado es Rosa Ribis. En su caso lleva 28 años regentando un puesto que incialmente era de herboristería y caramelos pero ha ido ampliando productos con forme se han cerrado otros puestos. «Lo he hecho para que el mercado siguiera funcionando porque parecía que estaba en decadencia». La comerciante reconoce que «la gente es cómoda para ir a comprar» y por eso prefiere los supermercados pero «no es porque el producto sea mejor».
Sin embaro, apunta a un cambio de tendencia: «la gente joven se ha dado cuenta de que aquí tiene mejor trato y mejor producto».
También se muestra muy contenta por la irrupción de negocios no tradicionales en un mercado y reconoce que «nos gusta que los jóvenes sean emprendedores y salgan adelante porque esto no se debe perder».
Otra de las comerciantes novatas es Ana Airós, quien está al frente de una parafarmacia y venta de calzado respetuoso para niños. Las dos ventajas que señala para implantar un negocio en el mercado son la menor inversión inicial respecto a un local comercial y también el horario, que le permite conciliar y cuidar a su hijo.
La familia de Agustín Blasco lleva 40 años en el Mercat Municipal de Tavernes al frente de su carnicería. Cree que en el momento actual el espacio "está evolucionando para mejor" y cree que la llegada de los nuevos comercios "ha revitalizado mucho el mercado porque entra gente joven a estos comercios que antes no entraba".
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