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"Acabemos con las dos velocidades: hay aldeas que no tienen cobertura ni conexión suficiente"

Para Jorge Srougi innovar, digitalizar y ser sostenible son los pilares de las entidades que «quieran tener un futuro»

Jorge Srougi, director general de Bodegas Coviñas, participó en una de las mesas redondas.

Jorge Srougi, director general de Bodegas Coviñas, participó en una de las mesas redondas. / Fernando Bustamante

Marina Falcó

Marina Falcó

Requena

Jorge Srougi, director general de Bodegas Coviñas, se mostró tajante acerca de cuáles son las claves para que una compañía tenga posibilidades en un contexto empresarial como el actual. Él, que dirige un grupo con más de medio siglo de historia, tiene claro cuáles son «los pilares fundamentales para cualquier empresa que quiera tener un futuro», véase, innovación, digitalización y sostenibilidad.

Srougi participó en la charla acerca de ‘La viticultura del siglo XXI: de la ecología a la digitalización’ enmarcada dentro del Foro Más que Empresas Utiel-Requena, organizado por Levante-EMV y que se celebró en el Templo de San Nicolás de la capital requenense.

En su intervención, el director general de Coviñas describió el escenario en el que las empresas vinícolas se manejan actualmente. «Nos encontramos con una tesitura y es que el mercado va más rápido que las empresas», así que para seguir el ‘ritmo’ las entidades deben hacer un esfuerzo «muy grande» para adaptarse a los gustos del público «siempre dentro de lo que es vino, que a veces se nos plantean ideas que no tienen nada que ver» y en este punto es donde la innovación cobra especial relevancia. En Coviñas ya trabajan con caldos de baja graduación alcohólica y han introducido la botella «más ligera del mercado» de 75 cl.

En lo que respecta a la digitalización es un área donde la empresa ha hecho una de las «inversiones más fuertes» en los últimos años, de hecho «debemos ser la bodega más digitalizada de la Comunitat Valenciana». Digitalizar supone, para Srougi, trabajar con los datos más certeros» lo que supone ventajoso tanto para la propia cooperativa como para las empresas y productores con los que trabajan.

En este punto, el director de Coviñas puso el foco en varios asuntos de gran relevancia: «estamos hablando de digitalización y de la edad de la comunicación y hay aldeas y zonas que no están dotadas de cobertura suficiente ni tienen la comunicación suficiente. A nosotros nos resulta tremendamente complicado traer gente de València para que trabaje en Coviñas todos los días. Porque sí, hay AVE, pero claro, la estación está muy alejada y se necesita un coche para llegar y en cercanías, se tarda mucho. Por favor, acabemos con las dos velocidades».

Cordura desde la UE

«La Unión Europea ha puesto cordura en el tema de la sostenibilidad», sentenció Srougi, y es que la normativa y el discurso «desbordaba a los que gestionamos empresas». Además es que sucede una cosa «y es que las cooperativas somos sostenibles, hacemos un excelente vino y además somos kilómetro 0».

Otro de los puntos en los que el directivo de Coviñas hizo hincapié fue la defensa del papel del agricultor. Su cooperativa aglutina a 3.000 familias quienes han recuperado mucho de sus tierras pero «no al 100 %».

Lamenta que las ayudas llegaran cuando los viticultores ya se hubieran puesto a trabajar para volver al trabajo «es que no tenían ni que haber pedido la ayuda, tenía que haber llegado por voluntad de las administraciones». Al fin y al cabo ellos son quienes impiden el abandono de las tierras y de la zona.

«La agricultura fue declarada estratégica durante el covid, hay que evitar tener que subcontratar como ocurre con la energía, porque eso no lo queremos ¿verdad? Los agricultores deben verse como una profesión con futuro», concluyó.

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