El Ayuntamiento de Vallada ha publicado el pliego con el que pretende adjudicar la gestión del hotel rural levantado en el paraje de Les Ermites por medio de una concesión que durará diez años. La corporación ha establecido un canon mínimo de 1.200 euros, sin contar el equipamiento del edificio, cuyo coste global excede de los 107.000 euros y corresponde amortizar al futuro adjudicatario mediante un «alquiler» de 894 al mes. El precio final a pagar por la explotación del servicio se eleva pues a los 11.925 euros anuales, contando el canon y el equipamiento, que, cuando finalice la concesión, quedará en propiedad del consistorio.
Aunque el pleno de Vallada aprobó el pliego de condiciones el 29 de julio, el anuncio no se hizo público hasta el 10 de septiembre. A partir de esa fecha, los interesados en pujar para adjudicarse la referida concesión tienen un plazo de 25 días naturales para presentar sus ofertas económicas. La memoria da especial puntuación a aquellas propuestas que hagan hincapié en aspectos como «la integración del servicio en una oferta más amplia de hostelería» y ofrezcan «actividades complementarias al hospedaje».
El adjudicatario, que deberá aportar un aval de 5.362 euros como garantía de conservación de las instalaciones y suscribir dos pólizas de contingencia por valor de 240.000 euros antes de iniciar la gestión, también tendrá que cargar a su cuenta la ejecución de «las obras e instalaciones precisas para poder en funcionamiento el hotel rural, así como la dotación del mobiliario, menaje, cubertería y maquinaria», según relata el documento que fija las bases de la convocatoria. En el pliego también se señala que los precios de los productos y servicios ofertados en el hotel deberá ser aprobados por el ayuntamiento.
De 25 habitaciones a 7
El modo de gestionar el albergue representaba una incógnita hasta hace poco y en el propio gobierno local existen serias dudas sobre su viabilidad. El hotel de Les Ermites fue un proyecto promovido por el exalcalde Fernando Giner n 2007 en el marco de un ambicioso plan para dinamizar el turístico enclave natural. Aunque en un principio se anunció que el edificio iba a costar 3 millones de euros y a disponer de 25 habitaciones en el edificio principal, de dos plantas, y otras 30 en un una cabaña de madera anexa, al final la iniciativa quedó reducida a un presupuesto de 600.000 euros. El tijeretazo aplicado con la crisis ha hecho que, al final, solo puedan habilitarse siete dormitorios, lo que complica su rentabilidad. En todo caso, la actuación ha consumido todos los fondos previstos inicialmente y ha acabado arrojando sobrecostes importantes, según denunció el PSPV.
La diputación tuvo que salir al rescate para poder acabar las obras. Tras un largó parón, los trabajos se reanudaron gracias a las reiteradas inyecciones extraordinarias de la corporación que preside Alfonso Rus. El edificio ha terminado costando más de 800.000 euros, de los cuales el ayuntamiento ha tenido que aportar cerca de 200.000.
