Emblema de una época de esplendor de la construcción muy anterior a la del reciente auge y posterior estallido de la burbuja inmobiliaria, la antigua Cerámicas Chisvert ha quedado reducida a cascotes. Literalmente. Sin actividad desde hace más de dos años, esta fábrica de ladrillos situada junto a la carretera de Xàtiva a Llocnou d'En Fenollet ha sido asaltada por grupos organizados que, de día, según testimonios a los que ha tenido acceso este diario, han reventado las paredes de las diversas naves de este complejo y han arrancado todas las estructuras metálicas así como la maquinaria de hierro que todavía se conservaba. Para practicar semejante saqueo ha sido necesario destruir todo lo que se interponía en su objetivo: ahora, la vieja factoría está irreconocible y sólo quedan en pie, entre escombros, algunos muros y pilares de la gran planta que fue en las décadas de 1970 y 1980.
Según el testimonio de algunos de los conductores que circulaban por esa carretera y vieron cómo se producía el asalto a la fábrica, el modus operandi consistía en atar con cables de acero varias furgonetas a las vigas de hierro y estirar hasta lograr arrancarlas. Luego las desguazaban in situ o las cargaban enteras en camionetas. Según estas mismas fuentes eran grupos numerosos. En una ocasión uno de los testigos asegura haber visto un gran despliegue policial «y lo que parecían detenciones», explica. «Pero tan sólo un día después volvieron otros y se hicieron con lo poco que quedaba», añade.
El regidor de Urbanismo de Xàtiva, Vicent Parra, aseguró ayer que desconocía los hechos, para más tarde —tras unas averiguaciones— confirmar que la Guardia Civil había procedido a identificar a algunos de los autores del robo y a practicar labores de control que, por lo visto, no han tenido éxito ya que la factoría está desguazada.
Funcionó hasta el año 2012
Cerámicas Chisvert fue fundada en mayo de 1973 por Enrique Chisvert. Fue vendida a finales de los 90 al grupo catalán Cerámicas Estructurales de Llinars, SL, que luego fue absorbida —en 2006, junto a otra fábrica de la Pobla de Vallbona— por la marca Fantini Scianatico, hoy ya liquidada. Es de lo poco que queda en pie de esta conocida fábrica de ladrillos: el rótulo sobre el bloque de oficinas (también saqueado por dentro) y la escalera flanqueada por dos palmeras que daba acceso a la misma. Funcionó hasta 2012. En su época de esplendor dio trabajo a decenas de empleados de Barxeta, de Xàtiva, de Llocnou d'En Fenollet...
