malos vientos

Toca respirar, apretar los dientes, confiar unos con otros e intentar puntuar. Nadie puede negar que lo del Olímpic esta temporada es algo extraordinario. Lo ha sido, no hace mucho, por el rendimiento ofrecido por el equipo; a día de hoy lo es porque las cosas no se enderezan, en parte, porque, es verdad, nos falta algo de suerte o soplan malos vientos, o todo es susceptible de empeorar.

Lo de Fabiani y la Copa de África era previsible porque no hay tantos jugadores profesionales en Guinea Ecuatorial; pero ha coincidido con lo de Álex Cortell, expulsión que es fruto de esa ansiedad que tiene el equipo por puntuar, por agradar, por alejarse de los puestos de descenso, rabia supongo e impotencia. Tras conocer el resultado y la forma de perder ante l'Hospitalet reconozco que lamenté el haber perdido «otra vez así», pude incluso exigirle más al cuerpo técnico por dejar escapar otro punto tras un buen partido. Pasados unos días, cuando hablas con unos y con otros, te llega una conclusión: el partido se iba a perder, así lo decidió uno de los protagonistas del choque. Cuatro partidos sin Cortell y más de un mes sin Fabiani, pero además un sancionado más, tres lesionados más y uno con molestias y otro pendiente de la familia? y cruzamos los dedos.

Y pese a todo, cuando le preguntas a Sandroni, dice eso de «es lo que hay», y te asegura que van a ganarle al Badalona. Y hablas con Borja Mir y también te dice que espera su oportunidad, que está preparado, y hablas con un directivo y no cierra la puerta a posibles incorporaciones, y pese a todo estamos fuera aún de las posiciones de descenso.

Empieza la segunda vuelta. Creo que sobre ya hablar de altas y bajas, que no es relevante. Me apunto a lo de Sandroni, «es lo que hay» y «con lo que hay jugamos». Ellos, los jugadores, son los primeros, me consta, que quieren que las cosas cambien, por ellos y por nosotros.

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