Matisos discordants

Experimentos con la gestión del Castillo

Antonio Martín Llinares

a noticia sobre la probable externalización de la gestión del Castillo de Xàtiva sorprende tanto por el momento en que se produce como por los servicios que pretende incluir. Después de muchos años de propiedad del monumento nacional por parte de la Generalitat de la Comunitat Valenciana, que cedió el uso y gestión al Ayuntamiento de la ciudad, e incluso de la existencia, hace ya algún tiempo, de una gerencia a tiempo completo, ahora se detecta una urgente necesidad de privatizar este servicio público. Vigilancia, mantenimiento, conserjería, venta de entradas y bodas son los servicios que se pretende externalizar y llama la atención porque, una vez más, se obvia el carácter prioritario como producto turístico que debería tener la fortaleza turística en su gestión. No son buenos además los precedentes de gestión privada de servicios turísticos como el del «trenet», con innumerables carencias y fallos de servicio que repercuten en la imagen que la ciudad da al visitante.

Al margen de la discutible necesidad de privatizar la gestión del principal atractivo de la oferta turística de Xàtiva, para nada se habla al contemplar la gestión de este emblemático espacio de un servicio de dinamización turística del castillo que incluyera visitas guiadas, mercadillos artesanos temáticos, señalización de itinerarios, audioguías turísticas o incluso talleres de oficios para la revalorización de zonas de la fortaleza con potencial de visita y que actualmente están abandonadas o deterioradas. Podría haberse tenido en cuenta, al menos, ejemplos de otras fortalezas importantes de la Península Ibérica, como el Sacro convento castillo de Calatrava la Nueva, en Alcalá del Rey, en Ciudad Real, con una interesante y competitiva fórmula de gestión turística de sus espacios que sorprende gratamente al visitante. Y es discutible esta necesidad de externalización porque el escondido Plan Estratégico de Turismo de Xàtiva, elaborado en el año 2006, y sobre el que se llevó a cabo Plan de Dinamización del Producto Turístico de Xàtiva, que ha pasado sin pena ni gloria, a pesar de los casi dos millones de euros de inversión que llevaba aparejados, ya advertía de la necesidad de dotar de personal a los servicios turísticos principales de Xàtiva si se pretendía convertir a la ciudad en un auténtico destino turístico.

El Plan Estratégico señalaba la falta de personal de apoyo para la mejora del servicio ofrecido a los visitantes y consideraba fundamental realizar un esfuerzo en cuanto a la mejora de las infraestructuras de servicios públicos que afectaban a espacios de uso turístico, como es el caso del Castillo, al mismo tiempo que indicaba que una ampliación en los horarios de apertura mejoraría la atención y las necesidades de la demanda turística.

Muy poco se ha hecho en este sentido desde la administración turística municipal que no ha considerado prioritario mejorar la plantilla de profesionales turísticos municipales y el peso de intentar lanzar la ciudad como destino turístico ha recaído en muy pocas personas preparadas, con idiomas, pero en unos puestos en la plantilla municipal clasificados muy por debajo de su preparación, experiencia y formación, que además, por vocación, han tenido que hacer frente, con buena voluntad más que con medios, a la creciente demanda de visitas que el impresionante conjunto histórico-artístico de Xàtiva, está generando por si mismo, huérfano también de una promoción adecuada y planificada.

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