La noticia setmanal

basura controvertida

Josep Antoni Mollà

Días controvertidos y de vaivenes en el polémico y mal oliente asunto del servicio de recogida de basuras urbanas en la Vall d'Albaida. Tras imponerle a los municipios —digo de la Generalitat y sentencias judiciales dignas de debate— la realización de dicho servicio a cargo del COR, esta semana, en un bolo pre electoral, irrumpía en Xàtiva la consellera Isabel Bonig anunciando, como informaba Levante-EMV, que el Consell dará luz verde a la planta deLlanera antes de que acabe la legislatura. Pero aunque «la conselleria quiere dejar atada la construcción de la planta de residuos y el vertedero», también es cierta la constatación acerca de que del dicho al hecho al hecho, hay un buen trecho. Bonig, llevada por la prepotencia que caracteriza a los mandatarios del PP, no desaprovechó la ocasión para jactarse del oprobio perpetrado contra los alcaldes de la Vall d'Albaida, al haberles sustraído del Pla de Minimització. Al tiempo que acusaba a la izquierda por «hacer demagogia y batalla política» con la gestión de la basura, cuando fue el Consell del PP el que políticamente abortó el Pla de la Mancomunitat, al haber estado la Conselleria de Medi Ambient, demorando injustificadamente el último permiso que le faltaba a la empresa Recisa para construir, en Bufali, la planta de tratamiento que contemplaba el P. M. Y en el colmo del oprobio, Bonig, con una frivolidad insultante, contra la población valldalbaidina, largaba esta trola espeluznante, en relación al nuevo recibo de la basura del COR, al decir «Hay que explicar a la gente por qué paga: pagan porque tienen la total seguridad de que sus residuos son tratados de acuerdo a la normativa?». Obviamente los abusos y arbitrariedades de los recibos del COR han sido convenientemente contestados. Así, desde Compromís per Ontinyent, lo tachaban de pagar el doble por el tratamiento de la basura con un modelo de gestión que la Vall ya tenía y funcionaba. Por su parte, los socialistas de la comarca también entraban al trapo, amb pels i senyals, al denunciar que, desde el COR, se estaban enviando recibos «a casetes sin luz ni agua, etc». Al tiempo que anunciaba algo que flota en el pensamiento general: «que tratarán de revertir la situación después del cambio de gobierno autonómico». De ahí la premura que se da la consellera Bonig, aunque la maniobra de los mandatarios del PP, hacia sus amiguitos beneficiarios está lastrada para el despegue. Ya que la empresa que corta el bacalao en el Consorcio, FCC, no parece demasiado interesada en echar mano de tan cuantiosa inversión, la que requiere la nueva planta, ante un panorama tan incierto. Máxime cuando los bancos no quieren saber de ese peluquín. El último en sumarse al coro de voces, ver esta edición del pasado jueves, era él aún presidente del Consorcio de Residuos (COR), Vicente Parra, quién consciente de lo que le queda de permanecer en el invento, manifestaba que ve difícil que la Conselleria de Medio Ambiente pueda «tener» la autorización ambiental de la planta de Llanera lista antes de que termine la legislatura. Más claro agua.

Empleo. El gobierno ontinyentí de Jorge Rodríguez saca pecho con una noticia que es un talismán en los tiempos que corren, tras confirmar la apertura de una nueva gran superficie comercial, la firma Family Cash, que significará la creación de 50 nuevos puestos de trabajo. Dicho gobierno ya ha mostrado su disposición a arrimar el hombro, mediante la realización del proceso de selección de personal para el nuevo centro, que abrirá en marzo.

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