Víctor Ruiz, centrocampista, exmestallista y procedente del Utiel, en racha goleadora, junto al reaparecido e inconmensurable Mendoza, consiguieron los dos goles que derrumbaron al Elche Ilicitano tal como era de esperar. Y es que el señor Sandroni ésta vez, a diferencia de alguna otra tarde, alineó a su mejor once olvidando por obligación mantener la tensión de todo el grupo concediendo alguna titularidad no del todo merecida.
Ganarle al Elche Ilicitano en teoría no es una gesta muy destacable, pero si que sirve para destacar el buen trabajo que el señor Sandroni esta desarrollando al frente del equipo, sacándole más del cien por cien de su capacidad a un grupo de jugadores más que justitos técnicamente y mermado toda la temporada por lesiones, expulsiones, etc. El equipo está dando la cara y corresponde a las necesidades que tiene el club con total merecimiento, por lo que se vería con agrado la renovación de casi todo el grupo en su momento.
El Olímpic, ante tantas ausencias, tuvo que convocar para Elche dos jugadores de su equipo juvenil, decisión que, aunque forzada por las circunstancias, no debiera caer en saco roto. Ese es el futuro del fútbol no nos cabe la menor duda ante la época de vacas flacas por la que atravesamos. Balaguer, defensa central que debutó brillantemente frente al Villarreal consiguiendo uno de los dos bellos goles conseguidos, procede de Alzira, hijo de conocido futbolista, igual que Valiente, le queda todavía un año como juvenil. Fran Durá es de Xàtiva, debutó tan solo 8 minutos en Elche, pocos pero suficientes para que se ilusione con pertenecer a nuestro equipo, termina éste año como juvenil y procede del la Escuela Xátiva. Estas dos incorporaciones demuestran la importancia de dedicarle al equipo juvenil una atención mayor de la que viene prestándosele últimamente. No es bastante con atender sus necesidades económicas, adornarlas con un poco de cariño sería lo ideal.
Si el presidente Rus, como se viene comentando, dejara el cargo, seguro que delegará en algún hombre de su confianza antes de dejar que el club naufrague.
