Como el Fantasma de las Navidades Pasadas o el joven resignado que protagoniza el anuncio del turrón, la Plaza del Mercat siempre regresa al tablero del debate político de Xàtiva en campaña electoral. Si en algo coinciden todas las fuerzas que compiten en los comicios del domingo es en la falta de dinamismo de un enclave histórico desaprovechado a todos los niveles y convertido en una fuente de conflictos por la ausencia de actuaciones en su seno. Revertir este escenario no es tarea fácil: el espacio prácticamente ha quedado deshabitado y ha perdido peso como punto comercial.
En 2014, el gobierno municipal fracasó al anunciar un plan para peatonalizar la plaza sin ofrecer alternativas de aparcamiento ni entablar ningún diálogo previo con los comerciantes, opuestos a una medida que el PP acabó enterrando. Ayer fue el candidato del PSPV a la alcaldía, Roger Cerdà, quien se atrevió a avanzar sus planes para la zona: un detallado compendio de actuaciones encaminadas a transformar el Mercat en un gran polo de atracción turística, eje vertebrador y motor económico del casco antiguo, en el que puedan tener cabida —y se potencien— todos los usos actuales.
La formación ha gestado a lo largo de seis meses una hoja de ruta para tratar de relanzar el Mercat con el asesoramiento de un equipo de arquitectos valencianos especialistas en la rehabilitación de conjuntos histórico-artísticos. La propuesta socialista también concibe el enclave como un espacio peatonal, a modo de plaza mayor. Cerdà, sin embargo, apunta como prioritaria la creación de «aparcamientos disuasorios» en el casco antiguo que compensen la supresión de las plazas actuales en el enclave. También se habilitarían zonas de carga y descarga para facilitar el abastecimiento de los comercios, críticos con la falta de estacionamiento.
Lo que el PSPV presentó ayer en la sede de Caldereria —recreaciones virtuales incluidas—es, en todo caso, un esbozo todavía primigenio de un proyecto que precisará de más de 4 años para su total materialización y que se inspira en otros planteamientos como el desarrollado en la Plaza Redonda de Valencia —aunque sin la cubierta—, que ha tardado una década en completarse.
Cerdà avisa de que no dará «ningún paso» sin consensuarlo antes con los actores implicados: vecinos, hosteleros y comerciantes. Por eso, de momento no se habla de presupuesto. «Queremos ser realistas», sostiene el candidato, que ve imprescindible antes involucrar a todas las administraciones para reunir la financiación necesaria.
Aparcamientos fuera de la plaza
Otro peldaño indispensable pasa por la elaboración un diagnóstico completo que radiografie el estado actual de la plaza y de los edificios que la pueblan, la mayoría deshabitados. La cronología de actuaciones trazada por el PSPV contempla en primera instancia campañas de concienciación sobre la relevancia histórica de un espacio «único» que más adelante habrá que blindar, elevando su protección en el encaje de la ley. Con posterioridad, un futuro Plan Director debería contemplar la reurbanización del enclave y la reforma de los inmuebles mediante la negociación con los propietarios. Los socialistas abogan por impulsar un concurso de ideas para abrir la redacción del proyecto definitivo del Mercat a la participación de arquitectos o instituciones como la la Universitat Politècnica.
La rehabilitación mantendrá el uso de la plaza como mercado tradicional y zona de ocio nocturno, si bien Cerdà recalcó ayer que el nuevo modelo deberá combinar el uso recreativo con la necesidad de que en el entorno se creen las condiciones óptimas para que el número de residentes se vea incrementado.
