Cuando en 2012 Alfonso Rus dijo que Esquerra Unida solo gobierna en aquellas localidades donde los vecinos «están locos», ni remotamente podía imaginarse el dirigente que en apenas tres años la formación que lo ha puesto contra las cuerdas con el caso Imelsa iba a convertirse en la segunda fuerza más votada en Xàtiva. EU batió todas las marcas y obtuvo el domingo el mejor resultado de su historia en la ciudad: empató a 5 concejales con el PP y superó en número de votos al partido del candidato Rus, el mismo que hace un mes profetizó que «los comunistas» que han denunciado la corrupción en la diputación iban a «saltar por los aires» tras las elecciones.
En medio de un panorama desolador para la formación a escala autonómica, el colectivo de Esquerra Unida saborea sus horas más dulces en Xàtiva. No es para menos: la fuerza que encabeza Miquel Lorente ha pasado de encarar los comicios de 2011 sin representación en el ayuntamiento a lograr cinco sillones solo 4 años más tarde. Por el camino, los dos regidores al servicio de EU a lo largo de la legislatura que termina han desplegado una dura e intensa oposición que se ha visto recompensada en las urnas.
El dato conseguido por Lorente en el ámbito local choca con el contabilizado por su partido en las elecciones autonómicas. En la capital de la Costera ha sido Compromís la fuerza más votada para las Corts „3.878 papeletas„ seguida del PSOE „3.394„ y el PP „3.107„. EU obtuvo 1.939 votos, lejos de los 3.753 de la candidatura de Lorente en las municipales, que quedó a 41 votos de sacar un sexto concejal. El histórico resultado, en todo caso, sumió en el éxtasis a los integrantes del colectivo en la madrugada del domingo. Mientras tanto, la EU de Ignacio Blanco no lograba romper la barrera para entrar en las Corts.
112 propuestas y 283 preguntas
Es cierto que en Xàtiva a la agrupación le ha beneficiado el hecho de que «el efecto Podemos» no haya cristalizado en una candidatura popular en las municipales del 24M, pero no menos cierto es que EU ha llevado a término una campaña frenética en las dos últimas semanas, con dos citas electorales por día en su agenda. A lo largo del mandato que toca a su fin, sus concejales pusieron encima de la mesa 112 propuestas en los plenos municipales y formularon 283 preguntas al equipo de gobierno, en un clima de tensión constante con el ejecutivo de Rus.
Miquel Lorente considera «ajustado al trabajo hecho» el resultado del domingo y se muestra tranquilo a pesar del vertiginoso ascenso. Ayer, lejos de celebraciones, el edil acudió con normalidad al instituto en el que trabaja como docente: después de pedirse 15 días de excedencia para dedicarse por entero a la campaña ya echaba en falta a sus alumnos. A partir de ahora, sin embargo, es consciente del trabajo que se le viene encima y de la «responsabilidad» adquirida en las urnas. Aunque todavía es pronto para concretar pactos con el PSPV, Lorente recalca que los «egos» han de retirarse de las negociaciones y del futuro gobierno y advierte de que hará «todo lo posible» para que pueda cumplirse el programa de EU: un «pacto de ciudad» a 20 años vista surgido de los encuentros con los colectivos sociales. «Se abre una nueva etapa en la que hay que consensuar al máximo las decisiones y tener altura de miras», subraya el candidato, que aboga por dar un giro de 180 grados a la gestión municipal. «Estos 4 años son una oportunidad que hay que aprovechar: si no, la situación será irreversible», apunta. Aunque Lorente confiesa que solo ha hablado con Roger Cerdà para intercambiarse felicitaciones, las conversaciones no se demorarán. El candidato del PSPV, fuerza más votada en las municipales, ha tendido la mano tanto a EU como a Compromís para trazar la hoja de ruta del cambio. Es más lo que les une que lo que les separa. Lorente cita dos prioridades indiscutibles: la promoción económica y la cuestión social.
