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La producción comarcal de fruta vuelve a desplomarse por la climatología adversa

La cosecha de albaricoques encadena dos campañas con caídas del 20 al 40% en la Costera y la Vall

La producción comarcal de fruta vuelve a desplomarse por la climatología adversa

Los productores de fruta de hueso encaran otra campaña atípica en la Costera y la Vall d'Albaida, marcada de nuevo por las perspectivas poco halagüeñas de rentabilidad. Las altas temperaturas y las fuertes lluvias que se han sucedido en los últimos meses han afectado de lleno a la floración del albaricoque, cuya cosecha sufrirá una merma de entre un 20 y un 40% respecto a la producción habitual, según los pronósticos que manejan las cooperativas de las comarcas. La de Llutxent-Otos, una de las entidades de mayor peso en el territorio, ha tenido que retrasar diez días el inicio de la recolección debido a la climatología adversa. Simón Copoví, gerente de la cooperativa, apunta también a este factor como responsable de la reducción del calibre y la calidad de la fruta estrella de la Vall, de capa caída en los últimos años. En 2014, la producción se desplomó a la mitad debido a la sequía.

Más «normal» en cuanto a la cantidad de cosecha se refiere será la campaña del ciruelo, el melocotón y las nectarinas, que representan un porcentaje nada desdeñable de la facturación de la firma. La cooperativa Llutxent-Otos exporta 1,5 millones de kilos de frutales y 30 millones de cítricos, cuya distribución se ha visto condicionada por los efectos del veto ruso.

Alejandro Molina, presidente de Cofrudeca, calcula un descenso del 40% en la producción de fruta de verano respecto a la media normal manejada por la cooperativa de Bèlgida, que este año confía en gestionar 3.000 toneladas sobre todo de albaricoques y ciruelos, pero también de melocotones y nectarinas. El responsable de Cofrudeca recalca que en los campos de la Vall todavía colea la sequía de la nefasta temporada pasada, que disparó los costes de producción y multiplicó las pérdidas para los agricultores por el mayor consumo de agua de los pozos. Las intensas precipitaciones del mes de marzo, que llegaron a descargar 125 litros por metro cuadrado en la zona de Bèlgida, tampoco sentaron bien a los cultivos.

Aunque los precios parecen haberse recuperado respecto a 2014, Molina se muestra cauto y subraya que todavía es prematuro vaticinar la influencia final que tendrán en la campaña, debido a la rápida fluctuación de los valores en el mercado internacional. Cofrudeca espera en todo caso que la calidad de la fruta sea «perfecta» excepto en el área de Moixent „de donde son algunos de sus 500 socios„, donde el pasado fin de semana una tormenta de granizo dañó entre el 50 y el 60 % de los frutales de albaricoque.

Las primeras naranjas se caen

La cooperativa de Bèlgida dedica el 98% de su cosecha ecológica a la exportación por toda España y Europa „también influida negativamente por el veto ruso„y ha apostado por aumentar la producción de caquis. En el campo de los cítricos, el intenso calor en el inicio de mayo comienza a originar la caída de las primeras variedades de naranja de los árboles.

En la Font de la Figuera, la cooperativa de La Viña ha iniciado estos días la recolección del albaricoque. José Fita, presidente de la entidad, atribuye a la falta de cuaje del fruto el descenso del 30% que pronostica en cuanto a los kilos producidos. Aunque el agua ha sido beneficiosa, el granizo ha dañado parte las plantaciones.

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