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Los agricultores calculan el triple de pérdidas con la ola de calor extremo

Los costes de producción se disparan por las necesidades de riego en la Costera y la Vall d'Albaida - Las altas temperaturas en mayo ya originaron pérdidas del 70 % en cítricos y del 50 % en el olivar

Los agricultores calculan el triple de pérdidas con la ola de calor extremo

Los agricultores consultan las últimas predicciones meteorológicas con preocupación. Las temperaturas extremas que estos días se registran en la Costera, la Canal y la Vall d'Albaida representan una amenaza para las futuras cosechas de caquis, aceitunas y naranjas, que se verán afectadas y mermadas en mayor o menor medida por el calor. Las necesidades de riego de los campos se disparan en la misma proporción que lo hacen la factura hídrica y los costes de producción, superiores a los beneficios extraídos del campo. En consecuencia, el secretario comarcal de La Unió de Llauradors en la Vall, Paco Benavent, calcula unas pérdidas del 15% para el sector en la campaña en curso si se cumplen las previsiones. El porcentaje es tres veces superior al dato que se manejaba hasta ahora.

Aunque la temporada de recolección del albaricoque „muy potente en esta comarca„ se da por finiquitada, las condiciones climatológicas llegan a tiempo para causar problemas al ciruelo. El foco de preocupación, sin embargo, se centra sobre todo en el impacto que la ola de calor puede tener sobre el caqui, un cultivo convertido, por su rentabilidad en la tabla de salvación de muchos agricultores. Benavent alerta de que la fruta «comienza a plancharse», mientras los árboles sufren lo indecible con el calor.

El déficit hídrico por el que atraviesa la comarca no ayuda. «Los pozos están en una situación muy limitada. La falta de agua nos supone cada vez más gastos y una mayor inversión. La situación es complicada», lamenta el secretario comarcal de La Unió. Las condiciones de los acuíferos fuerzan a los regantes a perforar nuevos pozos, circunstancia que a su vez conlleva un problema «burocrático y medioambiental», continúa Benavent. El escenario no es mejor para los agricultores de la Costera y la Canal de Navarrés. Las altas temperaturas de mediados del mes de mayo desencadenaron en graves afecciones para las cosechas de cítricos y olivos, que se tradujeron en unas pérdidas del 70% en el caso de las naranjas y del 50% en el de las aceitunas, en pleno proceso de floración.

El seguro no compensa

El incremento de los costes de mantenimiento por la mayor necesidad de riego que precisan los cultivos también origina quebraderos de cabeza a los propietarios agrícolas de estas comarcas. «En lugar de regar veinte días nos vemos obligados a enchufar el goteo cada día tres horas», observa Julián Úbeda, secretario comarcal de La Unió en la Costera.

Todavía es pronto para conocer el impacto de la ola de color, si bien Úbeda augura problemas para los recolectores de naranja si prosiguen las altas temperaturas. Si en durante las semanas previas la climatología había tratado «bastante bien» a los agricultores, los niveles de mercurio de los últimos días podrían originar la caída de frutos, afectando a las cosechas. De ser así, advierte, el seguro agrario no compensará las pérdidas, porque no entrará en vigor hasta el próximo 1 de agosto. Lo mismo ocurre con los olivos. Menos riesgo corren los frutales, puesto que el 90% de la producción en la Costera ya ha sido recogida La última campaña ha sido «floja»: las lluvias y el granizo han hecho mella y los precios siguen a la baja, aunque el seguro «se ha portado bien», añade Úbeda.

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