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Diez años de cárcel por dejar sordo a su vecino en la Pobla con un palo de madera

El agresor esperó a la víctima en el portal del edificio donde residían y le propinó una brutal paliza

El Tribunal Supremo ha confirmado la pena de 10 años de prisión impuesta por la Audiencia Provincial al hombre declarado culpable de agredir brutalmente a un vecino de la Pobla del Duc con un palo de madera el 21 de enero de 2012. Según relata la sentencia difundida recientemente, el condenado, de 34 años de edad, esperó a su víctima en el portal del edificio donde ambos residían para, a su llegada, golpearle de manera reiterada hasta dejarlo inconsciente en plena madrugada.

Como consecuencia de la paliza, la víctima, que tenía 38 años, sufrió la pérdida completa de la audición del oído derecho y la fractura de la base del cráneo, además de múltiples contusiones que han derivado en secuelas de por vida. Los magistrados del Alto Tribunal con sede en Madrid han desestimado el último recurso de casación presentado por la defensa del acusado, que durante todo el procedimiento judicial negó la participación del mismo en los hechos.

La Audiencia considera probado que S. P. F. actuó movido por el ánimo de menoscabar gravemente la integridad física de su víctima. Eran las 3.30 horas de la madrugada cuando, garrote en mano, el condenado recibió a su vecino —con el que arrastraba una profunda enemistad— con una avalancha de golpes en la cabeza, el tórax y la espalda. El agredido se fracturó diversos dedos al defenderse de los ataques. A pesar de caer derribado con los primeros bastonazos, su atacante continuó cebándose con él estando en el suelo.

Cuando recobró el conocimiento, la víctima reunió las fuerzas suficientes para llamar al timbre del domicilio donde residían sus progenitores. Fue su padre quien lo encontró en el portal de la casa inconsciente y bañado en un charco de sangre.

El sujeto negó ser el autor de los hechos y mantuvo la versión de que a la hora de la agresión se encontraba en el domicilio de sus padres; una coartada que, según los magistrados de la Audiencia, quedó desmontada por el resto de testimonios que comparecieron en el juicio. Además de cumplir la pena de 10 años de prisión, el agresor ha de indemnizar a la víctima con cerca de 35.000 euros por las lesiones que le provocó.

No era la primera vez que el acusado agredía al mismo hombre: en abril de 2011 ya lo había golpeado con una barra metálica en la Plaza de la Iglesia de la localidad. La víctima denunció también aquel ataque y S.P. F. fue condenado en consecuencia por un juzgado de instrucción de Ontinyent a una pena menor.

Los agravantes de reincidencia y peligrosidad, por lo tanto, pesan en la elevada pena que solicitó la Fiscalía para el acusado y que la Audiencia estimó acertada en el juicio. Solo tres meses antes de esa primera agresión a su vecino, en enero de 2011, S. P. F. fue condenado también por un delito de maltrato en el ámbito familiar a una pena de 50 días de trabajos en beneficio del la comunidad.

Venganza por el juicio previo

Tras volver a ser agredido en el portal de su domicilio, meses más tarde, la víctima señaló a S. P. F. Como responsable de la paliza, que atribuyó a una venganza por haberle llevado a juicio con anterioridad. Uno de los testigos que presenciaron la primera paliza encontró su coche quemado una semana después declarar en contra del acusado.

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