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el amigo de papel

o le costó mucho aprender a escribir, de hecho parecía que había nacido para ello, aunque no se dió cuenta hasta muchos años después. Su primer libro, es decir, el que ella había elegido como primera lectura no obligatoria, fue El diario de Anna Frank. La razón por la que lo escogió fue su pasión por los diarios, le encantaba escribirlos, contar su día a día y poder recordarlo con el paso del tiempo le parecía una experiencia alucinante. Su primer amor, los enfados con sus padres, las aventuras con sus amigos a la salida del colegio... Todo aquello quedaba reflejado en aquel pequeño diario repleto de páginas que relataban sus días desde que amanecía hasta que llegaba a casa y se lo contaba a su fiel amigo de papel. Él siempre estaba ahí, esperándola para recordarle con el tiempo cada detalle de los días de su vida y así, poder mostrarle quién había sido aquella niña que aún habitaba dentro de ella.

Había dejado de escribir durante sus primeros años de instituto, pero entonces llegó alguien que le hizo revivir aquellos días en los que escribir, era su prioridad. Ese día, el día en el que entró en clase su nueva profesora, amante de la lectura y gran escritora, logró recuperar aquel hábito que tanto le entusiasmaba y lo hizo mientras leía cada libro que ella le había dedicado. Desde entonces, nunca faltaba su pequeña libreta al lado de su mesita de noche y, las noches en las que no lograba conciliar el sueño, encendía la luz y plasmaba en aquella libreta cada una de las historias que había estado construyendo durante esas horas en las que la mente solo podía dedicarse a su verdadero sueño.

Esta joven escritora, contestaba a una entrevista unos años más tarde: —¿Qué es lo que más te gusta de leer un libro? Y, ¿cómo te ha ayudado la lectura a la hora de escribir uno? «Cada libro que leemos es un nuevo viaje, un viaje hacia rincones ocultos en nuestra mente en los que solo caben las palabras y en los que se dispara nuestra imaginación. Una imaginación distinta para cada lector, porque el texto de un libro siempre es el mismo pero su esencia, siempre es adaptada a sus lectores, llevando éstos cada texto a su mundo, haciendo cada uno de los libros suyo. Éso es lo que más me apasiona de leer. En cuanto a la segunda pregunta, la lectura es para el escribir, lo que la tierra para el hombre. Algo necesario», le contestó ella con una sonrisa al haber cumplido su sueño y recordar que todo comenzó con un fiel amigo de papel.

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