La Real Academia de la Lengua define huracán como viento extremadamente fuerte que avanza girando sobre sí mismo de forma muy rápida. Con una definición así, ante la visita de esta tarde del Huracán, echarse a temblar sería lo más lógico. Pero no, el Olímpic, después de la hombrada conseguida ante el Valencia Mestalla el pasado sábado, se siente fuerte. Ha logrado asimilar el sistema de contención, junto a un gran despliegue físico de todo el equipo con el que fue capaz de conseguir esta primera victoria, al igual que hiciera las temporadas anteriores.
Tiene especial importancia que para esta tarde-noche pueda contarse con toda la plantilla al completo. Lo lógico también sería repetir la alineación de Paterna, feudo que parecía inexpugnable y que fue derrocado por los nuestros, no sin grandes dosis de sufrimiento.
El Huracán que nos visita es un equipo ambicioso que sabe lo que es andar por arriba. El pasado año disputó la fase de ascenso, objetivo que pretende repetir en la actual campaña. Su entrenador, Toni Seligrat, con su nuevo look a lo naufrago, nada favorecedor por cierto, desea conseguir con el equipo de su ciudad , Torrent, el ascenso y para ello ha rejuvenecido el equipo, prescindiendo de 12 futbolistas, tres de ellos están ahora en el Olímpic, e incorporando otros 12 procedentes de la misma categoría, e incluso en algunos casos hasta de la inmediata superior.
El Olímpic trata de ofrecer unas señas de identidad basadas en el trabajo, palabra favorita del presidente Alcázar, junto a la lucha constante que no permite dar balón por perdido, dejando aparcado el juego vistoso, consciente de que sus futbolistas no están dotados para ello. El equipo está preparado moralmente para ofrecer una buena actuación, esperemos que lo consiga esta misma tarde.
