Después de cinco años de inactividad, el Consell Agrari Municipal volvió ayer a constituirse como altavoz del sector en el Ayuntamiento de Xàtiva. Ha pasado un lustro desde la última convocatoria, pero las demandas y los problemas de los agricultores apenas han variado desde entonces. El debate en torno a la necesidad de incrementar la seguridad en el campo y mejorar el mantenimiento de las infraestructuras, caminos, acequias y márgenes que rodean los cultivos acaparó gran parte de la sesión, convocada por el concejal de Agricultura, Miquel Lorente.
Además del alcalde, Roger Cerdà, el encuentro reunió a 14 miembros. Representantes de La Unió de Llauradors, AVA, Mercaxàtiva, las comunidades de regantes, UGT, CCOO y todos los partidos con representación en el consistorio, además de una exponente de la agricultura ecológica, acudieron puntuales a la cita. Del primer Consell Agrari surgió el compromiso del consistorio de incrementar la coordinación entre la guardia rural, la Guardia Civil y la Policía Local con vistas a extremar la vigilancia en las explotaciones en plena campaña de la naranja y el caqui. La demanda será trasladada a la Junta de Seguridad Local prevista para la semana que viene.
El equipo de gobierno ha dotado de entidad propia a la concejalía de Agricultura, antes vinculada al área de Parques y Jardines, dentro de su organigrama. La guardería rural también se desliga de este ámbito y se pretende potenciar con un vehículo propio adaptado a la función de los dos operarios adscritos al servicio. El Consell ha abierto un periodo para hacer aportaciones a la modificación de los estatutos propuesta por el regidor, con la intención de que tanto la agricultura ecológica como los jóvenes agricultores tengan encaje mediante una representación propia en el organismo, que volverá a reunirse en enero para dar luz verde a un plan de trabajo anual. Entre los asuntos abordados ayer se puso encima de la mesa la necesidad de definir estrategias de promoción para poner en valor el producto del término.
