Noviembre de 2003. Josep Esplugues, concejal del Bloc en Albaida, lleva al pleno un propuesta para promover la peatonalización parcial de la plaza de la Vila. La moción es aprobada con la unanimidad de todos los grupos políticos, pero el proyecto se queda durmiendo el sueño de los justos en los cajones del ayuntamiento. 12 años después, Esplugues contempla cómo se materializa aquella medida como responsable del área de Urbanismo del ayuntamiento. El equipo de gobierno, como informó este diario, ha acordado restringir el tránsito de nueve de la mañana a siete de la tarde en la histórica plaza ubicada en la parte de atrás del palacio —que forma parte del recinto amurallado del siglo XV donde se encuentran la iglesia de Santa María y la casa-museo José Segrelles— y acaba de iniciar los trabajos para dejar libre de coches la mayor parte de la aledaña Plaza Mayor, punto neurálgico del municipio. La obra menor comporta la instalación de bolardos desmontables que alejarán los vehículos de la fachada del emblemático Palau dels Milà i Aragó, donde hasta ahora se reservaban una decena de plazas de aparcamiento pegadas al monumento, declarado Bien de Interés Cultural (BIC). El consistorio no contempla por el momento prohibir el estacionamiento ni el tráfico en la parte central de la plaza, pero los operarios están repintando la señalización de la zona y acondicionando las plazas de aparcamiento. El objetivo: apaciguar el tránsito y poner orden a selva de coches que cada día toman este enclave.
El ayuntamiento anunció el proyecto en febrero tras recibir una ayuda de 40.000 euros de la diputación. Se trata, según expone Esplugues, de una «reivindicación histórica» de los vecinos que persigue «recuperar» este importante punto del casco antiguo «para las personas» y preservar el Palau del impacto visual que generaban los vehículos.
Para compensar los aparcamientos suprimidos en la Plaza Mayor, la corporación ha llegado a un acuerdo con el propietario de un solar muy próximo en el que se habilitarán alrededor de 14 nuevas plazas. También se prevén espacios alternativos en otras parcelas próximas al enclave, que se suman a los sitios libres que cada día hay disponibles en la Avenida de la Fira, a solo 4 minutos a pie.
Plazas especiales para gestiones
Esplugues es consciente de que la actuación «no será del gusto de todos», aunque está convencido de que la mayor parte de los vecinos la respalda. «El urbanismo que queremos para Albaida, no es el de las grandes inversiones y los disparates, sino aquel que prioriza por encima de todo el bienestar de la ciudadanía», apunta el edil.
Por otra parte, el equipo de gobierno planea habilitar unas plazas especiales de aparcamiento limitadas en tiempo, así como un espacio específico para personas con movilidad reducida para la formalización de trámites administrativos en el ayuntamiento, situado en la misma Plaza Mayor. El objetivo: facilitar a los vecinos del municipio las gestiones en las oficinas del consistorio.
