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a posteriori

Conjunción

os equipos de fútbol suelen utilizar las sesiones de entrenamiento para crear un bloque compacto de sus jugadores que puedan interpretar jugadas elaboradas, movimientos de desmarque, fórmulas defensivas. etc. En síntesis, lo que podríamos llamar conjunción entre quienes por naturaleza aportan diferentes formas de entender y desarrollar el fútbol. Se trata pues de llegar a conocer virtudes o corregir carencias. En cualquier caso, es al entrenador a quien corresponde corregir hasta tratar, sobre todo, de dotar a sus hombres de un sistema de juego acorde con las características técnicas, físicas o de cualquier otra índole de cada cual con las que superar a sus oponentes.

El Olímpic, como no podía ser menos, también tiene su sistema, muy novedoso por cierto, aunque no demasiado positivo. Se trata de impedir encajar un solo gol en la propia portería a sabiendas que la Federación premia ese sistema con un punto, eso sí, siempre que el contrario no consiga hacer ninguno, en cuyo caso retira el premio y concede al otro equipo un punto si empata o tres si supera en número al contrario.

El Olímpic podríamos decir que ha conseguido que el equipo sepa desarrollar semejante sistema de juego que no es otro que el de aferrarse a mantener el cero en su portería, amparado en la indudable solvencia de sus hombres de atrás, y la insolvencia de los de delante, aunque a veces tanto llega el cántaro a la fuente que al final se rompe. En números han sido 10 las veces que se lo han roto en las 17 jornadas jugadas. No está mal para un equipo colista que ha conseguido romper el cántaro ajeno en 7 ocasiones.

Aquí se nota el buen trabajo y gran experiencia de su entrenador que ha conseguido situar a su equipo en tercer lugar de la tabla, siempre que la miremos invirtiéndola, y también dotar a su equipo muy adicto al 1-0, positivo o negativo según lo mires. En Lleida fuimos capaces de imponer una vez más nuestro sistema favorito 1-0 conseguido por el jugador local Manu en el minuto 5 de partido. A partir de aquí y aunque hubo intentos de alterar el marcador, el milagro no se produjo quizá porque los milagros se guarden para estas próximas fiestas. La salvación no está tan lejos, dos o tres puntitos de nada, pero si lo que se trata es de recaudar por toda clase de medios para sostener unos sabrosos salarios y no se toman decisiones para potenciar el equipo, el final se presenta tan huracanado como el que más.

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