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Matisos discordants

Oferta en espacios turísticos públicos

a iniciativa municipal para la publicación de una normativa sobre la utilización de los espacios monumentales que forman parte del patrimonio de la ciudad, regulando su uso por parte de colectivos o instituciones para ofrecer y desarrollar actividades turísticas es, a priori, una buena noticia para mejorar las posibilidades, el atractivo y la competitividad de la oferta turística de Xàtiva.

Este uso reglado, sobre todo durante los fines de semana y festivos que son los periodos susceptibles de recibir mayor número de visitas turísticas, podría poner fin al triste páramo de monumentos y museos cerrados en el que se convierte la ciudad, sobre todo las tardes de sábados y domingos, incluso en la época de verano en que anochece más tarde y hay más horas de luz solar con una climatología favorable para la visita.

Sin embargo, aunque hay que tratar de poner en marcha con rapidez el mayor número posible de interesantes servicios turísticos y culturales, en relación con el valioso conjunto histórico-artístico que posee la ciudad, y tratar de revitalizar una actividad económica y creadora de empleo por la que no se ha apostado decididamente en los últimos decenios pese a reunir Xàtiva condiciones más que ideales para convertirse en un potente destino de turismo cultural, hay que ser cuidadosos con el modelo a implantar.

Refiere el concejal de Patrimonio Histórico-Artístico en sus declaraciones sobre esta iniciativa que pretende abrir estos exclusivos espacios monumentales de titularidad pública a entidades, empresas y asociaciones para su explotación turística, que la regulación de uso ha de hacerse con criterios objetivos. Y efectivamente ha de ser así. El uso y explotación por parte de terceros de espacios públicos que son patrimonio de todos los setabenses ha de hacerse de una manera abierta, invitando a todos aquellos operadores que cumplan los requisitos y condiciones determinadas y establecidas, controlando el cumplimiento de la legalidad, tanto autonómica como estatal, en materia de patrimonio cultural y de actividad turística. Así, hay que velar por el uso correcto de las instalaciones para evitar aquellos inapropiados como ha sucedido con el magnifico trasagrario barroco del que fuera convento agustino, tener en cuenta que sólo los guías habilitados —con autorización administrativa— pueden desarrollar la actividad en monumentos, museos y conjuntos históricos y artísticos, o la normativa sobre inclusión en el registro oficial autonómico de empresas y actividades turísticas.

Letargo turístico. La diversidad siempre genera riqueza y competitividad y sería un error priorizar la figura jurídica del convenio limitado sólo a determinadas empresas, entidades o asociaciones, en lugar de optar por la sana concurrencia, concurso o invitación pública. Xàtiva lleva demasiados años anclada en un letargo turístico —desaprovechando incluso un Plan estatal de Dinamización del Producto Turístico, dotado con 1,8 millones de euros, como una oportunidad que la ciudad tardará en volver a tener— y la escasa iniciativa turística siempre ha estado rodeada de oscurantismo y falta de transparencia municipal en cuanto a la participación y selección habitual de unos pocos y privilegiados agentes del sector privado.

Háganse ahora de forma diferente las cosas, como lo están haciendo con éxito destinos históricos en la vanguardia del turismo cultural, lejos de la mediocridad y las fórmulas obsoletas, repetidas y viciadas de una administración anquilosada, obsoleta y acomodada. Sólo así se pueden sentar las bases para un crecimiento adecuado y enriquecedor, y no frágil y dependiente, que sitúe a Xàtiva en un plazo de tiempo razonable como un verdadero y emblemático destino turístico con mucho que ofrecer.

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