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la ciudad de las damas

LA MEJOR REINA DE LA FIRA

Mañana se va a celebrar una mesa redonda en Xàtiva con el título Las fiestas y la igualdad de género. Simplificando de forma bastante ruda la cuestión, el detonante que obliga a tratar este tema es el conflicto en torno al mantenimiento de la figura de la Reina de la Fira, surgido el pasado mes de agosto entre quienes esperaban que ayuntamientos nuevos hicieran cosas nuevas y diferentes a las anteriores, convirtiendo así el cambio prometido en algo más que un mantra seductor. Sin embargo, no fue así y a pesar de la oposición formal manifestada, alto y claro, por algunas asociaciones y vecinas de la ciudad, Xàtiva tuvo su reina, que por cierto, reinó con elegancia e inteligencia indiscutibles.

El compromiso adquirido entonces fue, como se suele hacer cuando uno quiere ponerse de perfil, hacer lo que quisiera la mayoría, convocando una consulta que fijara la posición mayoritaria. En eso estamos, y como requisito previo se celebra mañana esa mesa, con reputadas ponentes: aunque, por cierto, sin ningún espacio para asociaciones locales que llevan años dando la batalla para que las mujeres ocupen el espacio que les pertenece. Incomprensible olvido que obvia un historial impoluto y un prestigio duramente trabajado en defensa de la igualdad de las mujeres de Xàtiva. En todo caso es saludable la iniciativa de abrir un debate para que las opiniones sobre este tema, como de cualquiera que afecte a la convivencia, sean responsables e informadas. Más aún, cuando las opiniones oscilan desde quienes desearían una redefinición de la discutida figura hasta quienes apuestan por su definitiva supresión.

Es prioritario resaltar que el rechazo a la figura de la Reina de la Fira no tiene nada que ver con la valoración de las mujeres que han desempeñado este papel. Quienes pretenden vincular el rechazo a la figura, con la falta de respeto o aprecio a la multitud de dignísimas reinas que esta ciudad ha conocido, se equivocan mucho o hacen trampas como el peor de los timadores. Es precisamente la positiva valoración de estas mujeres, y de todas en general, lo que sustenta el rechazo al papel que se les ofrece. Un papel limitado a una función estética y pasiva, que resulta humillante en pleno siglo XXI. Que carece de contenido y se reduce a una exhibición frívola y superficial, que prescinde de otras cualidades que, siendo mujer y precisamente por serlo, son más que suficientes para desempeñar un papel mucho más decisivo y enriquecedor que el de joven, guapa y simpática doncella. La Reina de la Fira no sólo debiera reinar, sino también gobernar, lo que implicaría cierta capacidad de decisión con la que poder demostrar su talento e inteligencia.

Anticuado. Lo que produce indignación es que se mantengan criterios anticuados y viejunos para seleccionar a quien debe representar un modelo de mujer setabense que, a día de hoy, puede aportar mucho más valores además de la juventud y la belleza. Es enormemente positivo manifestar el respeto que merecen las mujeres de la ciudad reconociéndolas tal como hoy son: modernas, formadas, dueñas de sus vidas, valientes y generosas. Por eso, la Reina de la Fira debiera encarnar a esa mujer independiente que vive la vida con alegría, segura en sus decisiones y crítica en sus opiniones. Bienvenidas ellas, sean reinas o presidentas de la República, si pueden contribuir a una Fira mejor. Sincera enhorabuena a las que representen con orgullo lo mejor de las mujeres de Xàtiva. Felicidades a un ayuntamiento y una ciudadanía que predique con el ejemplo su apuesta incondicional por la igualdad de las mujeres.

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