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Matisos discordants

Ingeniería milenaria y cortes de agua

os frecuentes cortes de agua que viene sufriendo Xàtiva desde que se iniciaron aquellas faraónicas obras de un nuevo canal de abastecimiento de agua desde la conexión urbana del manantial de Bellús, allá por el año 2012, no dan la mejor imagen del funcionamiento de la infraestructura hidráulica de una ciudad conocida desde antaño como la ciudad de las mil fuentes. El discutible diseño del trazado de la conducción por la avenida de Selgas, que produjo cortes de tráfico y agua durante meses y meses por la lentitud de la obra, para habilitar una nueva vía de entrada de agua a la ciudad -se supone que con un estudio previo y experto de ingeniería- diferente a la que durante siglos funcionó bajo las elementales y tradicionales leyes de la física, no ha dado más que problemas que hay que ir solucionando a medida que surgen, con el consecuente incremento del coste de aquella ya cara obra y numerosas molestias a los ciudadanos.

Siempre se ha dicho que el agua, desde el histórico canal de Bellús, "entraba caballera" a Xàtiva por la puerta de Cocentaina y desde la época árabe está documentado el mantenimiento de la conducción con limpiezas y reparaciones periódicas, a cargo de expertos maestros de obras de los que disponía la segunda ciudad del Reino de Valencia, que conocían perfectamente el trazado y como actuar ante los problemas que podían surgir. Anteriormente, la huella que la potente ingeniería romana dejó se puede todavía adivinar en varios aljibes del solar de la Xàtiva antigua conscientes ya sus constructores de la incertidumbre climática de estas tierras y sus periodos de sequías que aconsejaban almacenar el agua caída en no siempre abundantes lluvias.

Pero la decadencia de la ciudad, sobre todo a partir de los últimos siglos, hizo que se perdiera aquel conocimiento experto en la ciudad sobre el abastecimiento y conducción de sus aguas. Aquellos maestros fueron desapareciendo, los ingenieros no ocuparon su lugar y nadie hizo nada para que su saber hacer perdurara formando nuevos expertos locales o documentando los puntos problemáticos de las conducciones por un centro histórico en el que se iban haciendo reformas, derribando construcciones y haciendo otras nuevas sin ningún miramiento, planificación, ni consulta previa. En pleno siglo XX se contaba que ante frecuentes averías o fugas que nadie lograba localizar se avisaba a personas que poniendo el oído en el suelo en determinadas zonas daban indicación de dónde podía estar el problema.

Hoy, una ciudad que llegó a pensar en una posible candidatura a Patrimonio de la Humanidad bajo el aspecto de su arquitectura milenaria del agua no puede continuar a expensas de parches y remiendos para su abastecimiento hidráulico, un factor clave y cada vez más estratégico para asegurar su futuro. La situación de las conducciones de agua en el conjunto histórico es muchas veces una incógnita o un laberinto del que sólo se sabe por aproximación. Procede, aunque no sea una actuación que de rédito electoral, la urgente realización por ingenieros expertos del mapa real de conducciones de agua de la ciudad, sobre todo en el casco antiguo, utilizando las últimas tecnologías y avances en la materia, con un plan preventivo de mantenimiento. Y habilitar en la plantilla municipal un puesto de ingeniero dedicado a supervisar, vigilar, asistir y actuar en este importante aspecto de la infraestructura de Xàtiva, tal y como hacían aquellos maestros de obras. Una tradición histórica tan rica y valiosa como la de esta ciudad debería servir para aprender de ella en muchos aspectos y aplicar los conocimientos y experiencias a los problemas actuales con bastantes garantías de éxito, pero para ello hay que hacer un esfuerzo por conocerla y difundirla antes que fiarlo todo a mediocres ofertas casi siempre interesadas.

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