Después de tres días de intensa competición, la jornada de ayer vio terminar la 41ª edición del Concurs de Tir i Arrossegament de la Fira d'Agost tras las pruebas para tres y cuatro caballos de tiro, celebradas a las cinco de la tarde en el recinto de la Fira de Bestiar. Allí, al lado de una muestra con los mejores animales de cada ganadería, se celebra un concurso asociado ya de forma inherente a la Fira d'Agost de Xàtiva para muchas generaciones. Su cuadragésmo primer cumpleaños lo convierte en uno de los eventos más antiguos de la Fira, y el ambiente que se vive hace que el recinto de la Fira de Bestiar parezca flotar en una burbuja parada en algún momento de la primera mitad del siglo pasado.

No en vano así lo recordaba Francisco, conocido, tal como indica el garrote con el que pasea, como Paco 'Molinero': en un principio, el Concurs encontraba su razón de ser como forma de medir a los mejores potros de la comarca para un trabajo del que hoy ya se encarga todo tipo de maquinaria. Tras las pruebas, los terratenientes de la Costera adquirían a los mejores animales para incorporarlos a su ganadería; hoy día, el tiro y arrastre ha perdido esta utilidad productiva y su ratio essendi es la mera competición. Sin embargo, para muchos de los asistentes, el Concurs «no debe morir nunca» ya que es una forma más de «recordar el modo de vida de nuestros antepasados», aseveraba Paco. «Vengo a propósito a este acto cada año, y a ningún otro de la Fira», afirma el vecino de la Pobla del Duc, que lleva acudiendo religiosamente al tiro y arrastre desde su primera edición.

En la otra cara de la moneda se encuentran Milagros y Sergio. La prueba de carros de tres caballos acaba de finalizar con la victoria de Ràpid (de 379 kilogramos), Suecana (320 kilogramos) y Bailo Sola (265 kg.), que han arrastrado el carro —cargado con casi tres veces la suma del peso de los tres— por los cuarenta metros de pista de tierra en un minuto y doce segundos, por el 1:30 que ha logrado el segundo equipo. El matrimonio, vecino de la ciudad de Barcelona, ha venido a pasar dos días a Chella, pero dada la celebración de la Fira pasarán, afirman, la mayor parte de su tiempo en Xàtiva. Acaban de llegar a la localidad «hace diez minutos», admite Sergio, el concurso es el primer acto al que acuden y no paran de fotografiar cada momento de la prueba con sus móviles para compartirlo en Facebook. «Es la primera vez que acudo a una prueba como esta», dice Sergio, «y la verdad es que impresiona el formidable esfuerzo de los caballos». Milagros, su esposa, procede del otro lado del Atlántico. Nacida en Perú, vive en Barcelona desde hace catorce años, cuando se casó con Sergio. Afirma estar «encantada» con el espectáculo «por su carácter, muy costumbrista», y asevera junto a Sergio que no será la única vez que acudan a Xàtiva.

«Todos los carros son ganadores»

La pausa entre las dos pruebas de la tarde pasa rápida entre nuvolets y puros. Sobre las seis y media la competición vuelve a arrancar, no sin que antes la organización modifique el reglamento inicial. En principio, se carga en el carro el peso total de los cuatro caballos multiplicado por 2,75. Sin embargo, en la práctica esto supone añadir unos 850 kilogramos a los más de 2600 que ya cargaban en la anterior prueba, con lo que reducen el coeficiente a 2,25. «Todos los carros son ganadores una vez llegan aquí», sentencia Rafael Pelejero, árbitro de la prueba. Los caballos Roca Rey, Careta II, Gallito y Príncipe Gitano, proporcionalmente con menos peso a tirar que los carros de tres caballos, logran acabar la recta en 37 segundos por los 51 de Faraona, Artista Clay —que ya han competido en la anterior prueba— y Valentino Rossi, con lo que se llevan la victoria en la final. Hasta el año que viene.