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Fira d'Agost

Menos ventas pese a la aglomeración

Los vendedores ven «floja» la actividad comercial en el ecuador de la Fira d'Agost - El buen tiempo atrae a miles de visitantes

Menos ventas pese a la aglomeración

Son las doce del mediodía. La temperatura se encamina a los 39 grados y una multitud abarrota la principal arteria comercial de Xàtiva. La Fira d'Agost ha llegado a su ecuador y los vendedores ambulantes hacen cálculos desde sus puestos. «La gente mira mucho, pero compra poco». Fernando lleva 15 años vendiendo todo tipo de artilugios en el recinto. Antes comerciaba con música, pero con la competencia del top manta dejó de ser rentable. Ahora se centra en los artículos para niños. «Las ventas están muy flojas. Lo que no hicimos el día 15 „festivo„ ya no lo vamos a hacer», pronostica.

Flojas. Levante-EMV ha pedido a once feriantes un balance y este es el adjetivo más empleado. El diagnóstico generalizado. La mayoría apunta a una bajada de la actividad comercial respecto a años anteriores. El resto, los más optimistas, sitúan las transacciones en un nivel similar a 2015.

José Antonio y Paqui, de Cerámicas Bermejo, vienen de la Pobla de Farnals y no fallan a la Fira desde hace 48 años. Exponen una inabarcable gama de cerámicas artesanales. «Este año las ventas flojean. Hace cinco años que notamos un bajón y aún no se han recuperado», cuenta Paqui. «Esta feria (la de Xàtiva) es muy cara para los feriantes. Al final tendremos que plantearnos si vale la pena», señala resignada.

En el puesto de artículos para el hogar que regenta Mª del Mar Fernández, las sensaciones son las mismas. «Para lo cara que es esta feria las ventas van a menos». Socorro García vende libros y tebeos desde hace 25 años en Xàtiva. «Apunto todas las ventas en una libreta y este año llevo la mitad que el pasado». García opina que la supresión de los toros influye porque, a su juicio, las corridas «atraían a gente con poder adquisitivo». También sostiene que los conciertos tienen menos tirón que otros años y que eso también se notará. «Aunque aún quedan tres días de Fira, el lunes, que era el fuerte, notamos menos actividad». La cosa no es exclusiva de Xàtiva. Socorro tiene un puesto en la plaza Redonda de Valencia y sigue sin notar la recuperación económica. «La crisis aún dura en el bolsillo del cliente», apunta. Javier, que tiene una parada de dibujos en el Real y viene de Girona, también considera que los cambios en la programación de este año pueden empeorar las ventas, aunque se muestra cauto. «Hasta el final es difícil hacer balance», mantiene.

Joaquín Martínez es toda una institución en la Fira. Desde su puesto de bastones ha comprobado la evolución del evento comercial en los últimos 60 años. Su parada, al comienzo del trayecto, mantiene la misma actividad que en ediciones anteriores. «El nuestro es un artículo tradicional fijo, típico. A nosotros, no nos va ni mejor ni peor que en 2015», mantiene. El hecho de que este año la Fira haya comenzado «dos días antes» tampoco garantiza más ventas. «Se concentran el primer fin de semana y es de prever un bajón en los últimos días», señala.

Piden aseos en la Bassa

Juan Manuel atiende con su mujer Caridad Fernández en una parada de productos de herboristería junto a la zona de los bastones. «La gente gasta poco, pero es la tónica general de todas las ferias». Ellos llegan de A Coruña, donde la actividad era similar. Él se queja de la situación de los aseos. El ayuntamiento ha trasladado a la Glorieta los váteres portátiles instalados el año pasado en la Bassa. En la anterior ubicación, indica, «había sombra, tranquilidad y un guardia de seguridad vigilando». En la Glorieta ocurre todo lo contrario y, además, hay un nuevo escenario y más actividad nocturna que dificultan el uso para los feriantes cuando terminan su jornada a las 2 de la madrugada. «No hay casi luz, los váteres están rotos y no puedes lavarte», lamenta.

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