La avería del grupo electrógeno que activa el sistema de bombeo generó hace varios meses una complicada situación en Benicolet, al poner en serio riesgo el abastecimiento de agua potable a la población. Desde entonces, el pozo ha estado funcionando con un equipo de alquiler cuyo coste ronda los 800 euros mensuales; sin embargo, la cifra resultaba «inasumible» para un consistorio cuyo presupuesto anual apenas llega al medio millón de euros, tal como ha señalado su alcaldesa, Llúcia Gregori. Ante esta situación, la única solución posible pasaba por obtener la financiación necesaria para la compra de un nuevo generador, para lo cual la alcaldesa contactó con la Diputación de Valencia, que ha aprobado ahora la concesión de una ayuda extraordinaria de 19.500 euros para costear la adquisición del nuevo grupo.

En Benicolet existen dos puntos de extracción de agua, aunque el único que proporciona agua para consumo humano es el que se vio afectado por la avería, ya que el otro, denominado Pozo Planes, es para agua de riego. El pozo de agua potable, situado a más de dos kilómetros de distancia del casco urbano, se controla dos veces al día de forma manual para comprobar el caudal, los niveles de cloración y la calidad del agua. Estas revisiones permiten asimismo detectar cualquier posible fallo.