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Des dels Alforins

UNA LLUVIA OPORTUNA

Ca lluvia caída hace unos días ha servido para aliviar algo, muy poco, la extrema sequía que padece el campo español y en particular el valenciano, el más seco de los últimos lustros. Los agricultores esperaban que cayeran entre 30 y 40 litros para salvar la producción, pero nos hemos tenido que conformar con menos de la mitad. Desde el pasado 1 de enero han caído tan solo 152 litros, cuando lo normal por estas fechas hubiera sido triplicar esta cantidad. Aún así, el campo sigue siendo my generoso a pesar de todas las penurias y sigue su ciclo vegetativo. Ya ha comenzado la vendimia de las uvas blancas y en un par de semanas lo harán las tintas aunque es probable que este año por la sequía la cosecha se retrase unos días.

Aunque todavía no hay previsiones oficiales de cosecha se espera una merma en torno al 15%-20% debido a la falta de agua. A diferencia de Castilla-La Mancha, donde se prevé una cosecha récord. Allí no tienen problemas con la sequía, ya que un alto porcentaje de las explotaciones agrarias cuentan con sistemas de riego por goteo y hay muy pocas en secano. De ahí que las producciones por hectárea ronden los 20.000 kilos por hectárea, mientras en secano una producción óptima ronda los 5.000 kilos. Pero, por qué se pagan igual unas uvas que otras, cuando las de secano son de mayor calidad es otro cantar al que deberían dar respuesta las bodegas, por ejemplo, incentivando al agricultor. De igual manera que se prima a unas variedades frente a otras. En España, el regadío ocupa una superficie de 3,5 millones de hectáreas, de las cuales, el 14% se encuentra en Castilla -La Mancha.

Demasiado calor. La uva se encuentra en buenas condiciones sanitarias, libre de enfermedades como el mildiu o el oideo, pero la baya es pequeña, ya que no ha podido desarrollarse como debiera, tras el estrés hídrico que padece la planta. Las altas temperaturas de estos días, con 40 grados en unas cuantas ocasiones, batiendo las máximas de toda España, está empezando a hacer mella en la planta y las hojas están empezando a secarse. Este fenómeno se conoce como defoliación de la planta y lo provoca el mosquito verde. Esto no es bueno que ocurra porque al perder la hoja le quita protección a la planta y ante un eventual pedrisco, el daño puede ser mucho mayor, además, de que al dejarla sin protección es más vulnerable a enfermedades como la botritis o podredumbre del racimo, sobre todo, en variedades tardías como la monastrell, que se recoge a mediados de octubre?

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