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Des dels Alforins

la vendimia toca a su fin

Estamos ya en los últimos días de vendimia y termina una nueva campaña. Otra más. Una campaña vitivinícola que se ha caracterizado por una extrema sequía, que ha llevado aparejado una merma en la producción, en torno al 30%, según zonas. Para el olivar, la caída de la producción es de alrededor el 70%, según las últimas estimaciones. Desde que existen estadísticas, no se había conocido un año tan seco ni tan caluroso como este. La uva ha sido, en general, de una excelente calidad al no existir plagas como el oideo, el mildiu o la polilla. Realmente este año debido a la climatología, nos podíamos haber ahorrado algún que otro tratamiento fitosanitario, que no son precisamente baratos. Ha habido algún problema con la variedad de uva tempranillo, que no ha cogido grado suficiente. El año pasado fue la podredumbre lo que le afectó, debido a las lluvias del mes de septiembre y entró con una sanidad deficiente. Lo ideal es que tenga un grado entre 13,5-14,50 —tampoco más porque entonces te penalizan; tan malo es pasarse como no llegar— y ha entrado en bodega en torno a 12,30. Eso significa, que la uva aún no había madurado lo suficiente, pero a estas alturas de campaña, tampoco va a coger más grado y, además, corremos el riesgo de que se pudra el racimo. Sin embargo, no todas las variedades se han comportado de igual manera. Por ejemplo, la cabernet o la syrah han entrado en el punto óptimo, tanto de pH como de grado, entiendo que porque son más resistentes a la sequía y la tempranillo es más vulnerable a la falta de agua.

Prácticamente, la vendimia ya ha finalizado, a falta de alguna que otra parcela por recolectar de monastrell, que es la variedad más tardía de todas. Todavía por estas fechas pueden verse tractores con sus remolques cargados de uva. Calculo que para el día 12 de octubre, los agricultores ya habrán entrado toda la uva a la bodega y podrán darse un respiro. Ahora lo deseable es que llueva porque si no lo hace en las próximas semanas, el año que viene las consecuencias podrían ser aún más terribles. El campo es duro, pero no como para soportar otro año tan adverso como este.

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