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Una dimisión que sume al club en un absoluto «desconcierto»

El Ayuntamiento de Ontinyent muestra su perplejidad por una renuncia que según su versión se sustancia «sólo» en 20.000 euros La renuncia de Ortiz como presidente deja en una situación incierta al conjunto del Clariano

La súbita dimisión de Luis Ortiz como presidente del Ontinyent CF ha dejado al club sumido en el desconcierto. No hay presidente ni tesorero y el puesto de vicepresidente está vacante. Nadie de los miembros de la junta quiere asumir la presidencia, ni sabe cómo afrontar la situación creada tras la espantada de Ortiz. Lo próximo sería reunirse y elegir presidente entre los que quedan o nombrar una gestora hasta que se convoquen nuevas elecciones. Pero nadie dijo nada del futuro en la rueda de prensa del lunes. Lo más tranquilizador es que pueden haber personas interesadas en tomar el relevo.

Ortiz anunció su renuncia en la asamblea de socios que había convocado para el sábado pasado y a la que apenas acudió una veintena de personas. El lunes, ante la poca audiencia del sábado, convocó una rueda de prensa en la sede de club, con la que amplificar las críticas al ayuntamiento que hoy inicia las obras de remodelación del césped artificial del Clariano (155.000 euros). Todo sel argumentario de Ortiz se sustancia en el retraso en ser ingresados los 20.000 euros que la Diputación de Valencia se ha comprometido a conceder a los clubes de Tercera División mediante un convenio con la Federación Valenciana de Fútbol (FVF). Ese dinero debe ir a cubrir una póliza de crédito a un año que firmaron Luis Ortiz y su segundo el año pasado por estas fechas. Ortiz se queja que los 20.000 euros comprometidos no han llegado todavía y el préstamo vence. De lo que se deduce que la principal causa de la dimisión de Ortiz y su segundo podría ser la necesidad de cubrir un crédito personal de 20.000 euros.

Entretanto, en el ayuntamiento en se hacen cruces y no acaban de comprender la situación. Pese a que el equipo juega en Tercera, el Govern d'Ontinyent renovó el convenio con el club en las mismas condiciones que cuando militaba en Segunda B: 60.000 euros al año, una cantidad que el propio Ortiz calificó ante la prensa de «inmoral» en los tiempos que corren, aunque fue una de las condiciones que impuso para continuar al frente del club. De dicha cantidad, el Ontinyent CF recibe 40.000 euros en metálico y el resto se destina a pagar el consumo de luz eléctrica, que vienen a ser otros 20.000.

Ortiz pactó con el alcalde Jorge Rodríguez remozar el estadio. Lo primero, las vigas de hierro de la tribuna. Acordaron que fuera la empresa del mismo presidente del club, Luis Ortiz, la que se encargara: la factura sube 21.000 euros. La pagará el ayuntamiento. Como también se hará cargo el consistorio de los 12.000 euros que costará sustituir las mil butacas que van a ser sustituidas por unas nuevas.

Podría haber esperado

Con todas estas cifras a favor del Ontinyent CF, que por el retraso en recibir 20.000 euros extra Ortiz dimita «suena a excusa», insisten desde el ayuntamiento, que así y todo agradece a Ortiz «su dedicación al club durante estos años difíciles, en los que estuvo a un paso de desaparecer», recalcan. Tal vez puede encontrarse alguna otra explicación en que los clubes de Tercera tienen un futuro complicado con las nuevas disposiciones legales, tanto de la Seguridad Social como Hacienda, que convierten a los clubes en empresas y a sus presidentes en responsables directos, una responsabilidad personal y económica que Ortiz no estaría dispuesto a asumir. Esta es una de las explicaciones que han surgido entre los aficionados que mejor conocen la entrañas del Ontinyent CF. Porque pocos creen que por 20.000 euros y con un alcalde que es presidente de la Diputación, Ortiz haya acabado saliendo de tan mala manera de la entidad.

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