Un año y nueve meses después de la declaración de la plaza del Mercat y 12 calles adyacentes como zona acústicamente saturada (ZAS), los límites de ruido contemplados por la normativa se siguen excediendo con creces en este entorno ubicado en pleno corazón del casco antiguo de Xàtiva.

Según ha podido saber Levante-EMV, el ayuntamiento tiene desde el mes de mayo encima de la mesa un estudio que arroja resultados positivos de impacto acústico en los cuatro puntos donde se centraron las mediciones: la calle Corretgeria; frente a la Posado del Pescado; delante del estanco de la plaza del Mercat y en la confluencia entre las calles Pi, Pescadería y el emblemático enclave.

Durante el periodo examinado, entre el 7 y el 25 de abril, en todos estos emplazamientos se rebasaron los objetivos de calidad exterior en más de 20 decibelios, al menos dos veces por semana durante tres semanas consecutivas, solo durante la franja nocturna. Esta circunstancia empuja al consistorio no solo a mantener la catalogación de zona ZAS, sino a corregirla y a endurecerla para mitigar la contaminación acústica.

En abril, la corporación contrató a la empresa Accustel, SL, para que llevara a cabo las mediciones con el objetivo de determinar si las actuaciones adoptadas en el primer año de vigencia de la ZAS habían resultado efectivos para reducir los niveles de ruido. Los resultados han confirmado las sospechas de la asociación de vecinos del casco antiguo, que recurrió la declaración ZAS aprobada en febrero de 2015 por el ejecutivo de Alfonso Rus argumentando que era demasiado laxa. Este colectivo pidió que se limitara el horario de cierre de los locales de ocio nocturno y planteó otra batería de propuestas. El actual equipo de gobierno tumbó el recurso de la asociación a comienzos de este año basándose en un informe del técnico municipal que avaló las medidas adoptadas por el ayuntamiento para conciliar los intereses de los residentes y los hosteleros, como la suspensión de nuevas licencias de pubs o la intensificación de la vigilancia policial en la zona. Pese a ello, el ejecutivo anunció nuevas mediciones y se comprometió a articular intervenciones más restrictivas en la plaza si se seguían superando en un 20% los niveles máximos de ruido permitidos. El estudio acústico confirmó este supuesto hace siete meses y el consistorio estudia aún la manera de proceder, siguiendo los criterios que han de marcar la conselleria y los técnicos municipales.

La regidora de Medio Ambiente, Pilar Gimeno, confirma a este diario que han de establecerse nuevas medidas complementarias a las ya existentes, aunque el asunto se posterga desde mayo a la espera de «ver lo que pide la conselleria», que en última instancia tendrá que evaluar la propuesta municipal y darle luz verde. Gimeno señala la obligación de repetir cada año los estudios acústicos para comprobar la evolución del ruido en el ámbito delimitado como ZAS. A la vista de los resultados, no debería demorarse el acuerdo para adaptar la declaración de 2015. Fuentes vecinales advierten de que, en caso contrario, «se estaría prevaricando». Pero la cautela impera por el temor a avivar la conflictividad con los hosteleros, mientras las obras para peatonalizar la plaza y cerrarla al tránsito siguen paralizadas.

Picos de 75 decibelios

Las últimas mediciones en el Mercat detectan, durante las noches de los fines de semana, picos por encima del umbral de los 75 decibelios. El objetivo de calidad recomendado durante el horario nocturno se establece en 45 db. En la franja diaria, en cambio, el techo de ruido no se rebasa en ninguno de los cuatro puntos examinados, los mismos que la empresa escogió en 2014 en el marco del primer estudio acústico que desembocó en la declaración de la zona ZAS.