Deja la presidencia de Adene después de 8 años. ¿Por qué?
Es momento que alguien tome el relevo. En colectivos en los que te implicas de forma voluntaria, si estás muchos años al final te vuelves presidencialista. Está bien asumir la dirección para ver como funcionan estas organizaciones en las que no se gana dinero, pero al final estás siempre tirando del grupo y es hora de que otro coja ese tirón. Que otro tome el mando, que se modifiquen cosas, que haya nuevas ideas. Cuánta más renovación, mejor. Si en Estados Unidos el presidente no está más de ocho años y cobra, aquí que encima no cobramos más aún.
¿Qué destaca de estos ocho años como presidente?
Estoy satisfecho y contento. He aprendido mucho de medio ambiente, he conocido gente fantástica y he visto la importancia que tiene una organización como esta. Antes pensaba que lo importante era plantar árboles y ahora tengo una concepción más abierta, todo puede compartirse. El medio ambiente es muy global y no hay que ser un talibán, aunque somos una asociación ecologista y criticamos lo que no se hace bien y defendemos la naturaleza. Pero se puede llegar acuerdos con otros colectivos, con cazadores, agricultores.
¿Qué ha marcado su presidencia?
Entré en una época en que los grupos de Adene: de fauna, de senderismo, de extinción de incendios, iban cada uno a su aire. Tenían un carácter individualista y en estos años he conseguido unir las distintas facciones, los distintos grupos de la asociación. Aportar cordura y equilibrio. También hemos conseguido que Adene sea una asociación conocida, que se conozca su labor, bien gestionada y que ha sido declarada de utilidad pública. No hemos parado ningún proyecto ambiental enorme, porque no ha habido proyectos de envergadura. Pero hemos contribuido a parar el macrovertedero y a conseguir la zona ZEPA (zona de especial protección para las aves). Y seguimos estando ahí, mantener una asociación como la nuestra cuesta mucho y lo hemos conseguido. Más en la Canal y la Costera, donde somos un reducto.
¿Y qué le ha quedado pendiente por hacer?
No he conseguido abrir la asociación a la comarca, a la Canal de Navarrés. Lo intenté buscando cambiar el nombre por Caroig, pero no lo conseguí. No convencí a la gente de que no tiene sentido que no sea una asociación comarcal. Se necesita la unión de la gente, la naturaleza no tiene límites.
Hablaba antes de la gestión, las cuentas.
Tenemos las cuentas saneadas. Hubo un momento en que por nuestras críticas a los aerogeneradores de Enguera, al macrovertedero, se nos retiraron las subvenciones. El Ayuntamiento de Enguera la retiró y también otra de prevención de incendios que no hubo y no se pagó. Teníamos 8.000 euros de recaudación de los socios, pero solo en mantenimiento de vehículos y seguros ya se van 8.000 ?. No había capacidad para hacer nada. Ahora vuelven las subvenciones y podemos hacer extinción, actividades educativas ambientales en colegios, charlas, salidas.
¿Y ahora qué?
Voy a seguir en la asociación, en temas que me interesan más, como la fauna. Aunque no voy a ser cabeza visible de ningún grupo. Hay que dinamizar. Las elecciones son a finales de enero y esperamos que haya gente.
